Trujillo: Lo que impidieron que vea el Papa en Buenos Aires

Autoridades cubrieron con plástico y triplay las viviendas dañadas, casas prefabricadas o carpas en uno de los barrios más golpeados por El Niño costero

Este sábado el papa Francisco visitó el barrio Buenos Aires, en el distrito de Víctor Larco, uno de los más pobres y golpeados por el fenómeno de El Niño costero del verano pasado. Sin embargo, lo que el Sumo Pontífice no apreció fueron los verdaderos estragos aún presentes en esta zona, y la lenta reconstrucción por parte del Gobierno peruano.

Así lo comprobó El Comercio en un recorrido que realizó por toda la avenida Pedro Herrera, hasta la entrada del barrio Buenos Aires. Las autoridades marcaron la ruta del Papa con telas blancas, pero en algunas zonas donde había casas prefabricadas o viviendas muy deterioradas se colocaron plásticos celestes.

También se apreciaron planchas de triplay, pero voceros del municipio de Víctor Larco dijeron que se cubrieron esas zonas con este material porque ahí solo hay terreno baldío o casas a medio construir. Este Diario comprobó la devastación de los huaicos: aún gente vive en casas improvisadas con sacos; o casas prefabricadas que el gobierno les entregó.

La avenida Pedro Herrera es la única asfaltada en este distrito; las demás vías están en pésimo estado o son trochas. De acuerdo con Defensa Civil, en este barrio El Niño costero dejó 3 mil damnificados, 11 mil afectados y 700 viviendas dañadas. Muchas de estas todavía no ha sido reconstruidas, y en muchos casos la gente vive en carpas o en casas muy improvisadas.

El papa Francisco llegó a este pueblo a las 11:40 a.m. y recorrió la zona a bordo de su Papamóvil, hasta llegar a la Plaza de Armas, donde dio dos vueltas saludando a los fieles que se apostaron a ambos lados de la pista. Después siguió su recorrido por la avenida Larco Herrera hasta la Plaza de Armas de Trujillo.

De: Diario  «EL COMERCIO»  Perú.

LOS DOS JUANES


Fuente pucp.edu.pe

Uno era Ángelo y el otro Karol. Los dos tomaron como nombre Juan. Muy diferentes, fueron Papas y ahora son oficialmente Santos.

Sin embargo su santidad viene desde muy lejos. Desde que se decidieron a seguir un camino complicado. Ese que siempre es cuesta arriba pero permite saber que más allá está la cumbre, donde se respira el aire puro y la vista es magnífica.

Los dos llegaron: el uno escalador aficionado de montañas y el otro, nacido campesino.

El primer Juan abrió las ventanas de la Iglesia, para que entrara brisa fresca que se llevara el olor a encerrado de los siglos. Juan Pablo, el otro Juan, recorrió el mundo con el Mensaje en su sonrisa.

Estoy emocionado, porque he vivido en tiempo de los dos. He vivido en tiempo de dos Santos.

 

Foto: fuente: pucp.edu.pe

SEÑALES


 

S. Humo

Las señales se producen cuando algo pasa y Francisco, este Papa, viene enviando muchas, señal que bastante sucede donde lo acostumbrado era mantener las “costumbres” que no siempre son buenas, sino costumbres nomás.

Las señales son vistas por muchos como indicio que la esperanza sobrevuela territorios que no solo no veían el sol desde hace siglos, sino que las “costumbres” habían convertido en simples mapas.

Si “el Papa bueno” abrió las ventanas para que entrara el aire a las habitaciones, Francisco ha salido por una de ellas y ha empezado a volar, reconociendo cosas que muchos escondían. De pronto, las actitudes cambian regresando a un origen que se fue deformando bajo el peso del oro, el poder y la pompa. Un origen sencillo que terminó en Mercedes, trono de oro y corte aduladora.

La esperanza, como debía ser, alcanza a todos y a los más pobres les devuelve la fe para vivir. Es verdad que hay muecas de disgusto, murmuraciones varias y sonrisas que dicen “pronto se cansará”. Los que están descontentos es porque pierden algo: pierden lo acumulado, las venias, las prebendas, los oropeles varios, las zalemas. Pierden lo que tomaron de los otros, esos a los que siempre falta.

Francisco da señales de cambio en una institución que dormitaba anquilosada en el sofá mullido de la Historia;

es solo un aire nuevo, una esperanza. Son pequeñas las semillas que vuelan. Son pequeñas, porque el peso de siglos no deja por ahora que las grandes despeguen, pero pronto el terreno –que antes se había convertido en mapas- tomará el color de la esperanza y asistiremos todos al brote de las flores.

Son señales las que hay, Francisco, y son buenas señales.

PEQUEÑO DESCANSO


 

Hasta el próximo jueves.

Una semana de descanso para que leer no sea aburrido.

¡Hasta entonces!descanso

UN PAPA QUE SE LAS TRAE…


Papa Francisco-bandera argentina

Sobre el Papa Francisco se escribe mucho cada día y en todas partes. Siempre está haciendo noticia y las nuevas demuestran ser buenas, cosa extraña en estos tiempos donde todo parece ser negativo. Esto resulta importante no solo para los católicos, sino para un mundo que anda buscando desde hace tanto tiempo respuestas a preguntas que parecían no tenerlas.

Sus gestos elocuentes, las acciones que de seguro escandalizan a quienes quieren que no se mueva nada y que todas las revisiones den complacientes “okeyes”, nos dicen que se levantan las alfombras, se está barriendo el polvo acumulado y poco a poco se toman decisiones que antes resultaban impensables para un “statu quo” que vivía muy cómodo y a su aire.

Es cierto que el número de los detalles debe ser inmenso y que ver cuestiones de verdadero fondo tomará mucho tiempo; lo que es innegable es que un viento nuevo sopla. Otra vez se han abierto las ventanas cerradas que el “Papa bueno” Juan XXIII abriera. No será fácil, hay mucho que está en contra pero yo me figuro no a la gota de agua que horada la piedra, sino a una cascada que refresca el ambiente y va cambiando formas. Eso siento: un viento fresco, una cascada clara que se llevan olores y detritus que ventanas cerradas y aguas empozadas hace ya tantos años escondían.

Sí, son buenas noticias: un Papa nuevo, un hombre de estas tierras latinoamericanas, un hombre universal, está dando que hablar porque se atreve a decir que vale la pena volver a los orígenes donde los hombres valían por ser prójimos y no era necesario fijarse en nada más.

 

UN PAPA DE ENTRECASA


Zapatos Papa

Sencillo: es el calificativo que mejor parece describirlo.

Hasta ahora todas sus acciones registradas lo retratan como tal y los detalles mínimos, personales, nos dicen que es un hombre “corriente”. Lo que no suele ser corriente es que alguien de su investidura, lo sea.

Las bromas, su sonrisa y sus gestos que nos hablan de ese “buen vecino del barrio” traen el aire fresco a un ambiente cargado.

El nuevo jefe viaja en bus con nosotros, tiene carnet de hincha y para muchos “se sale de la norma”.

Eso es lo bueno. Basta ver sus zapatos para entenderlo todo.