¡GRACIAS POR HABER SIDO ASÍ!


PAPYS EN TERRAZA BARRANCO0002

A Tony y a Manuel Enrique, allá en el Barrio Eterno, les envío un abrazo inmenso hoy que es el último día del año y estarán celebrando como todos los 31 de diciembre, su aniversario de matrimonio; el día en el que la chica que se subía a los árboles, tocaba timbres  corriendo antes de que abrieran las puertas y el ingeniero serio, pero de gran sonrisa, empezaron esta familia de padres e hijos de la que ahora solo quedo yo.

 

Quiero darles esas gracias inmensas que estoy seguro no serán suficientes nunca, por haber sido como fueron, por darnos a mis hermanos y a mí ese ejemplo viviente que los llevaba, amándose, a superar dificultades, capear vientos y a disfrutar del sol, del mar, del campo y de las pequeñas cosas como el canto del pájaro o la risa del niño.

 

Gracias por enseñarnos a caminar, marcarnos el sendero para dejarnos -vigilándonos siempre- que solos encontráramos el rumbo con nuestro propio ritmo; gracias por enseñarnos que cada día es distinto y que trae consigo alegrías y penas.

 

Gracias a Tony y a Manuel Enrique por darnos lo que nadie podrá quitarnos nunca y es ese ejemplo de vida –perdonen si redundo- que construyeron con paciencia, hecho de días felices y difíciles, uniéndolos con la argamasa indestructible del amor.

 

Hoy que es el último día del año y que para ustedes fue el primero de una vida feliz, mi gratitud eterna, que es pequeña, lo sé, por haber sido como fueron.

 

Manolo.

 

 

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MELODÍA DE CAMPANAS


ALICIA & YO & TORTA

No sé si sonaron las campanas de la iglesia Virgen de Fátima en Miraflores, arriba del mar, esa noche del jueves 30 de diciembre de 1971, pero desde entonces han sonado alegres para Alicia y para mí; las escuchamos y nos cuentan la historia que vivimos juntos, que no está escrita en libros sino en mañanas luminosas, alguna tarde con cielo gris y garúa finita, en noches llenas de estrellas que como puntitos luminosos invitan a contarlas, tomados de la mano y a soñar ese sueño que empezó de a dos y que hoy se prolonga en dos hijas y tres nietos….

 

Es un sueño hermoso del que no vamos a despertar porque significa una vida buena, con todo lo que vivir trae y lo que vivir se lleva, dejando solo lo mejor; este sueño que seguimos soñando es como un camino que tiene paisajes bellos, amaneceres, pájaros que cantan saludando al sol; este sueño es subir la montaña, para abrazados, cerca ya de la cumbre, mirar lo recorrido y entre las nubes ver que allá se desenvuelve nuestra historia…

 

Hoy, que es 30 de diciembre, sé que las campanas van a sonar alegres y más fuerte para nosotros dos y lo que importa en verdad es que siempre, su música, ha sido nuestra.

ROSAS ROJAS PARA TI.


 

DEL ÁLBUM DE AUTÓGRAFOS DE MI MADRE . Enrique, Rosas Rojas.

En un álbum de autógrafos de mi madre, encuentro esta pequeña pintura, hecha por mi padre en 1928.

 

En cada aniversario de matrimonio y cumpleaños de Tony (o “mi chiquita”, como él le decía) le enviaba un ramo de rosas rojas. Lo hizo dos veces cada año, desde que se casaron  hasta que él falleció.

YA VAN A VENIR…


TONY YQUIQUE

Miro a la gata Pierce observar por la ventana y pienso que los está esperando. No los conoció nunca, pero parece que presintiera que ya van a llegar. Y pienso igual, porque seguramente, sabiendo que casi no salgo, llegarán hasta aquí para que los felicitemos por su aniversario de matrimonio y se quedarán a almorzar y a tomar lonche, celebrando sus 84 años de matrimonio con dos queques, uno de fragante manzana y otro marmoleado de vainilla y chocolate. Conversaremos de naderías y extrañaremos a Teté que está en Arequipa, a Panchín que se fue…

Ellos, Tony y Enrique también se fueron hace tiempo y están con mi hermano Panchín y con mi otro hermano, Lucho (el rubio) al que no conocí. Están celebrando y mirándonos.

Hoy es su aniversario, ayer fue el de nosotros y también esta noche el calendario del mundo avanza un año. Mucho por festejar. Mucho que agradecer.

Hoy, 31 de diciembre miro por la ventana  -como Pierce–  y presiento su llegada. Es un día especial y conociendo la puntualidad de mis padres, sé que no tardarán.

¡Feliz aniversario, feliz año nuevo… ¡ sé que van a venir!

 

CUARENTITRES


ALICIA & YO & EL VW

Hoy es nuestro aniversario de matrimonio religioso.

Nos casamos a fines del 71, casi al filo del nuevo año, para estrenar una nueva vida; estreno que repetimos cada día desde entonces, porque lo verdaderamente hermoso es aprender que siempre el sol brilla distinto y que las miradas dicen mucho más que las simples palabras.

Cuando elegimos el caminar juntos, lo hicimos agarrados de la mano, no para que uno guiara al otro sino para compartir juntos los baches del sendero y apretar fuertemente cuando nos emocionara algo, sufriéramos, o la risa rompiera la mañana o alumbrara la noche. Siempre miramos más allá y ahora seguimos caminando, más despacio tal vez, pero maravillados como nunca, de todo lo que vemos y vamos viviendo.

Hoy, en nuestro aniversario, tenemos el inmenso regalo que son nuestras dos hijas y tres nietos. No hay nada mejor que saber que uno anduvo el camino, que todavía queda un trecho y que sembramos árboles que a su vez dieron fruto.

¿Te acuerdas del VW?  ¡En él nos fuimos de la iglesia a descubrir el mundo!

CASUALIDAD DE GUERRA


 

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No tiene la culpa pero es zarandeado de un lado a otro, usado como amenaza, deseado como trofeo. No entiende lo que pasa y de pronto escucha gritos, portazos, a veces percibe que tras la puerta cerrada hoy golpes y hay lágrimas.

Hay palabras que no entiende y se siente absolutamente solo porque los dioses del Olimpo batallan y lo utilizan como excusa. No entiende por qué se tiene que quedar con uno si querría estar con los dos.

No sabe si llorar o callarse; traga sus llantos y mira, con esos ojos grandes como platos, desconcertadamente. No sabe de mañanas ni futuros; se da cuenta eso sí que hay algo que está roto y los bordes filudos le hacen daño.

Total, solo es un trofeo, una excusa, una molestia. Un accidente que impide “volver a hacer la vida” de los padres que cuando lo tuvieron, queriéndose, no pensaron que llegaría este momento. Ahora que llegó después de la escalada de reproches e insultos, lo único que quiere cada u8no es ganarle al otro. ¿Ganarle el hijo? No: ganar la batalla en la que el pobre chico es nada más que una casualidad de guerra.