Cuando chicos, la gente conocida, los otros chicos y sus padres, no morían o por lo menos no nos enterábamos; si algo sucedía, pasado poco tiempo, el hecho era olvidado.
Conforme fuimos creciendo, se fueron yendo “otros” y tal vez se convirtieron en recuerdos, que el día a día dejaba atrás…
Entonces los nombres conocidos y las caras, empezaron a faltar; se fueron afectos y momentos, convertidos en sueños dolorosos, habitaron las noches…
De pronto, los vacíos alrededor de uno y en el corazón, empezaron a multiplicarse, semejándose a una de esas playas de piedras que el mar las moja primero, para después, una a una, llevárselas…
Entonces nos damos cuenta que tenemos los pies desnudos y mojados.
Un desastre ecológico «sin responsables», un presidente «que «está«aprendiendo«, un congreso lleno de representantes de mafias del narcotráfico y de la educación superior de pésima calidad; de representantes de los «maestros» que no quieren que se los evalúe, de voceros de los mineros informales que deforestan y envenenan el medioambiente… Una lista inmensa que retrata al «país de desconcertadas gentes» a decir de Jorge Basadre y que es en realidad un país de inermes ciudadanos, incompetentes -cuando no delictivas- autoridades y como dice el vals: «fértiles tierras, cumbres nevadas, ríos, quebradas...» Me disculparán, pero también dice «risueñas playas«, lo cual hoy mismo no es cierto, porque avanza la mortal marea negra, que asesina aves, peces, plancton y afecta al ser humano…
Pido disculpas, pero la realidad ha vuelto a meter sus patas y es la segunda vez, desde que prometí hacer posts de solo ficción, que me ocupo de ella. Pido que me perdonen, pero en el Perú, la realidad destroza constantemente a la ficción.
El Perú, cada vez más, se convierte en un charco de agua estancada, podrida, maloliente, cubierta de un légamo viscoso que atrae moscas y se las traga sin más.
La palabra “lonche” se usa mucho en Perú, especialmente en Lima y proviene del inglés, “lunch” que significa comida, pero suele usarse como “almuerzo” y el “lonche” es una comida, sí, pero que se toma a media tarde y generalmente consiste, o consistía, en un café con leche y un sandwich o un pan untado con mantequilla, “con su mermelada más”; digamos que es lo que esto se llamaría un “tentempié”. Por si acaso, no se trata del desayuno, almuerzo o cena (a la que se le llama “comida”, popularmente), sino de esa “pausa”, que se suele (o se solía) hacer, ingiriendo “algo” y por supuesto, conversando …
A veces al “lonche” se le sumaba un trozo de “queque” (del inglés “cake”), uno que otro alfajor y si cabía, una “delicia” más. Tradicional. Es una especie de “five o’ clock tea” inglés acriollado y se ha ido perdiendo poco a poco por el tráfago que supone la vida diaria.
Sin embargo, frases como la del título de este pequeño artículo, sobreviven en el habla popular y significa que todo cuesta, que nada, ni lo más simple (como el “lonche”, comparado en copiosidad con el almuerzo o la cena) es “gratis”, “de balde” o como alguien diría también, “gracioso”.
Pero nos hemos acostumbrado al “gratis” y es el señuelo que creo, más se usa en el lenguaje: obtener algo sin hacer nada;
es como un imán poderoso, automáticamente atractivo, atrayente. Generalmente caemos en la trampa y nos justificamos diciendo que es “por probar”, que “no cuesta nada”, que “total, es gratis”. Pero no aprendemos al parecer y nos sorprende cuando nos damos cuenta que el “gratis”, esconde algo y que al final nos costará más lo que sea, porque el “gratis” tiene un precio que está escondido y nosotros pagamos …
La frase puede aplicarse a todo, así es que cuando algo nos parezca “demasiado bello para ser cierto”, pensemos que “no hay lonche gratis”, y que pagaremos un precio, aunque no sea en monedas …
Cocina saludable, fácil y creativa, planificada de manera inteligente y preparadas con técnicas de cocción que permitan resaltar el sabor de los alimentos, y mantener sus propiedades nutritivas sin sacrificar la calidad y valor
En este sitio comparto algunos de los poemas, ejercicios de escritura y pensamientos que me acompañan en la cotidianidad. Espero que para ustedes sea tan catártica la actividad de leerlos, como para mí escribirlos.
Leer, contar, compartir. Encontrá acá microrrelatos, aforismos y las publicaciones realizadas en el colegio en el que trabajo. Además, temas vinculados con la narración oral. Podés aportar tus propios microrrelatos o los de otros autores.
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