FONTANARROSA
Categoría: Cultura
LA TRAVIATA
Siguiendo con la ópera, esta, también de Verdi, se traduciría al español como “La Extraviada”, aunque aquí en el Perú se dice “¡La Traviata…!”, queriendo decir “¡El acabose!”.
El título de esta obra le viene muy bien a la Cultura peruana, porque aunque el ministro tenor ahora sea un ex, la Cultura parece que se les perdió y no les importa mucho a los del gobierno; es pues, propiamente, “La Extraviada”…
No se entiende de otra manera el que haya habido tantos ministros que se han sucedido en la cartera y francamente ya perdí la cuenta, pero creo que son ocho o nueve… Barrunto que lo que pasa es que ninguno ha encontrado a La Extraviada y cuando alguno estaba sobre la pista, fue cambiado para que se empezara de nuevo con la búsqueda: “Cultura… Where are you?”
La Cultura es tan poco importante que se pierde, como un clip en el cajón del escritorio; tanto, que en el Perú se reduce al parecer a Machu Picchu (porque se cobra entrada, atrae turistas y da renta), a un par de ruinas más y al vals criollo ese que se titula “Si te vas… ¿Qué me queda?”.
Patito feo de la gestión presidencial, a La Cultura se la ningunea, se la pierde y se prenden velitas a San Blando (ése que “no se sabe cuándo”), para que no aparezca nunca, porque la Historia que se enseña es histeria y el tema parece ser tan peligroso que, como dijo el nazi Hermann Göring: “Cuando oigo la palabra cultura, echo mano a la pistola”.
Dicen que somos un país culturalmente riquísimo pero sin embargo el presupuesto del ministerio de Cultura es ínfimo… ¿Un sinsentido? ¡Nooo…! Lo que pasa es que se ahorra para que los teleféricos puedan ser construidos, las pistas que llevan hasta los despojos históricos sean asfaltadas y los vendedores de recuerdos nativos, “Made in China”, no tengan problemas para llegar a ofrecer su culta mercancía a los gringos que llegan para probar el “sabor nacional” de la “Inca Kola”…
Miren lo que es la vida, empecé con “La Traviata (repito “La Extraviada”) y me perdí un poco, pero ahora creo entender este asunto de extravíos, porque parece que el Presidente leyó ayer este blog…
Vizcarra: Francesco Petrozzi presentó su renuncia al Ministerio de Cultura y lo hemos aceptado
Ha mandado al ministro Pavarozzi allí donde está la cultura peruana…, o sea, a la mierda.
Imagen: elblogdepablogallo.blogspot.com / titular diario: “Gestión” 4.12.2019.
LA FORZA DEL DESTINO
El operático señor Petrozzi, ministro de cultura, parece estar destinado a meter la pata, además de reiterar la acción y hundirse hasta que las cosas le impidan respirar.
A su desafortunada –por decirlo suavemente- decisión de despedir a Hugo Coya, presidente de Ejecutivo IRTP (Instituto de Radio y Televisión del Perú), es la más reciente metedura de miembro inferior del lírico tenor que o es muy tonto, es un topo de las fuerzas naranja (la desbancada bancada de Fuerza Popular, con la que llegó al congreso y de la que formó parte), o en un chivo expiatorio enviado por el presidente Vizcarra al que no le gustó la cobertura del canal que Coya presidía, con respecto a la excarcelación de la señora Fujimori.
No lo sé a ciencia cierta, pero la maratón televisiva del señor P, frente a las declaraciones de Hugo Coya en un programa de TV, dejan a este émulo minus de Carreras y Plácido Domingo –por decirlo suavemente, otra vez- como un fabulador, como alguien que dice lo que no es cierto.
Declara ser muy tímido, pero su ego lo traiciona y se hunde chapoteando desesperado no sé si por cuenta propia o de alguien, convirtiéndose en un notorio personaje, ese cuyo nombre él ve en las marquesinas del Metropolitan Opera o de la Scala de Milán en sus sueños canoros.
Cuando todos defienden al defenestrado, él tenorísticamente se afirma en su ministerial acto, ése que fue publicado un domingo en el diario oficial “El Peruano”, como tendiente a llevar “aire fresco” a IRTP, nombrando otra vez al señor Guzmán, al que Coya reemplazó cuando lo cesaron del cargo.
Tozudo el señor Petrozzi, ignora que tirios y troyanos deploran la salida de Coya, el modo en que este fue echado y que unánimemente mencionan su buena gestión frente al Instituto. Él cree y dice ser dueño responsable de sus decisiones como ministro, claro que las decisiones que toma son para llorar o mandarlo, como futbolísticamente se dice, “al rincón de las ánimas”. Bueno, yo, de Vizcarra (a no ser que jueguen en oscura dupla) lo mandaría a la mierda.
Nota: Al escribir este pequeño artículo, temprano por la mañana del 4.12.2019, el ministro Petrozzi, que ayer homenajeó a quien fuera nuestra compositora Chabuca Granda y diera un discurso que sonaba a despedida, no ha renunciado…
Imagen: http://www.canstockphoto.es
¿LO DIGITAL TE VUELVE VEGETAL?
DURA UN POCO MÁS DE 41 MINUTOS, PERO ESTE DOCUMENTAL ME PARECE ALTAMENTE RECOMENDABLE E INTERESANTE. EL TÍTULO DE ESTA ENTRADA AL BLOG NO ES EL DEL DOCUMENTAL, PRECISAMENTE, PERO HACE UNA PREGUNTA QUE ES CLAVE RESPONDER.
Gracias Youtube.
LA LENGUA QUE NOS HERMANA NOS SACA LA ÍDEM
El español es la lengua común a los latinoamericanos (salvo Brasil) y españoles; bueno, el español como genérico, porque lo que se habla y escribe comúnmente se llama castellano (o sea, “de Castilla”) porque el euskara y el catalán no es que sean un puente diariamente transitado entre estas dos realidades continentales.
Y aquí en esta América Latina que es un patchwork de naciones, el idioma común (español/castellano) es algo así como una tranquera fronteriza que se manifiesta en las innumerables palabras que siendo iguales a la vista, difieren en su significado hasta llegar a ser lo opuesto según el país en donde estemos.
Nuestro “idioma común” –y reconozco que no soy historiador, experto en idiomas o filólogo, solamente un curioso escribidor- tiene tantas variantes que entre países latinoamericanos y España hay palabras que nada tendrían que envidiar si fuesen chino, porque en ambos lados (esos que los océanos Atlántico o Pacífico mojan), las caras de sorpresa ante el desconocimiento de algunas puede ser también de risa o enojo y no digamos nada porque en nuestra (o sea la de los de por aquí) América Latina la confusión puede transformar en una babel la conversación desavisada de ciudadanos de Argentina, Bolivia, (excluyo nuevamente a Brasil, donde se habla portugués), Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Puerto Rico, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela,
el desmadre es gigantesco porque los malentendidos y las “significaciones equívocas” van a estar a la orden del día.
Es que los localismos son tan locales que al cruzar la frontera, cualquiera que sea el país, cambian como para que mi padre en Chile (país limítrofe con Perú), durante una cena a la que estaban invitados él y mi madre con ocasión de terminar un ciclo de charlas sobre pavimentos que dictó en la Universidad, muy formales todos, se lanza a contar una anécdota y dice que dos señoras se habían puesto “pico a pico” sin imaginar que allí “pico” se le dice al pene. El silencio, me contaba, fue instantáneo y se podía cortar con una tijera, de lo espeso que era, hasta que su vecino de al lado en la mesa le dijo al oído el significado. El serio ingeniero que era mi padre, seguramente se puso color grana y por supuesto pidió las disculpas del caso, no solamente por lo vulgar del término que usó sino por haber demostrado un desconocimiento total de la anatomía humana…
Ahora que Internet hace sencillísimo que existan blogs como éste, donde se escribe de forma local, muy pocos piensan que llegan a una audiencia extendida en el mismo idioma (donde el traductor automático, con todos sus defectos, parece innecesario) y las variaciones en significados sin embargo, hacen a veces difícil la comprensión, las dificultades que esconde nuestra lengua común resultan infinitas.
La lengua que debería hermanarnos nos saca la ídem y demuestra que las cercanías pueden bien ser lejanías…
Imagen: hanklee.net
JAPÓN SIGUE PAGANDO EN EFECTIVO: EL 80% DE LAS TRANSACCIONES, EN «CASH»
Dos jóvenes japonesas «purifican» sus billetes con agua sagrada para atraer la suerte (EFE)
Los japoneses siguen utilizando de forma mayoritaria el dinero en efectivo para realizar pagos, en contraste con el uso masivo del pago electrónico en otros países de su entorno. La cultura, la desconfianza y el envejecimiento dela población japonesa son algunas de las razones que explican este fenómeno, según informa Servimedia.
De acuerdo con un artículo que publica ‘Financial Times‘, pese a que la imagen de Japón es la de un país de alta tecnología, es menos futurista en lo que respecta a cómo se pagan los bienes y servicios. En concreto, el dinero en efectivo sigue usándose en más del 80% de las transacciones que se realizan en Japón, mientras que, por ejemplo, en Corea el 90% de los pagos se realizan de forma electrónica y en China el 66%.
Grandes empresas japonesas han invertido mucho dinero en este campo, como Rakuten Pay, PayPay de SoftBank/Yahoo Japan y Line Pay de Line Corp. Asimismo, Amazon Pay ha entrado recientemente en el mercado, y grandes cadenas de tiendas de conveniencia como 7-Eleven y FamilyMart tienen sus propios sistemas de pago. Sin embargo, y a pesar del apoyo del Gobierno, ninguno de ellos ha alcanzado una masa crítica.
Resistencia al pago digital
Los principales obstáculos, según ‘Financial Times’, son la cultura y el envejecimiento de la población. Los japoneses desconfían de pagar con tarjeta de crédito en Internet y las personas mayores no están familiarizadas con los pagos digitales y prefieren el efectivo. Además, las empresas de tarjetas de crédito cobran comisiones del 4% a las tiendas, y dado que en Japón hay muchas sucursales bancarias y más de 200.000 cajeros automáticos, un cambio no es urgente.
En Corea del Sur, el 90% de los pagos se realizan de forma electrónica y en China el 66%
Las empresas, agrega el artículo, han intentado atraer a los consumidores con incentivos en efectivo. PayPay ha gastado casi 100 millones de dólares en reembolsos este año y renunció a cobrar comisiones a las tiendas pequeñas, y Amazon hace lo mismo. La agresiva política de gastos promocionales de Line Corp y el aumento de sus costes de procesar los pagos explican que sus beneficios operativos cayeran un 30% en 2018.
«Cualquier compañía que pudiera reducir la dependencia de Japón del efectivo obtendría recompensas, pero los inversores deberían evitar enamorarse de las tecnologías de pago resbaladizas. Los japoneses de a pie son más inmunes a sus encantos», concluye ‘Financial Times’.
FUENTE: Tomado de «El Confidencial»
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