EL COLOR


EL COLOR

 

Al abrir los ojos lo único que vio era un color crema.

Parpadeó pero el color seguía  allí y entonces no supo qué pasaba; no sabía si estaba dormido y ra un sueño o qué.

 

Sus  manos al  tantear, casi por instinto, tocaron lo que parecía ser un fierro: frío y delgado.

 

Entonces oyó la voz: “No se asuste. Tuvo un ACV y ahora no ve, está en la clínica; yo soy el médico, aquí están su madre y su esposa. Tranquilo. No ve, pero va a pasar…”

 

Se acordó del sonido de la sirena que fue lo último que escuchó antes de oír la voz. Todo era un solo color crema, como si mirara una pared: movió los ojos y la cabeza pero el color seguía allí, atrapándolo. Como si estuviese en un lugar donde sólo existiera el color crema.

 

Estaba en una cama, en un hospital o una clínica, no veía, había un médico y allí estaban su esposa y su madre, pero no veía o mejor dicho, la maldita barrera crema no lo dejaba ver.

 

Volvió a escuchar la voz, que ahora sabía era la del médico: “Tranquilo, descanse…”, y la voz conocida de su esposa: “Aquí estamos…”

 

Sí, estaban; él también estaba pero todo lo que veía era un color crema.

 

Estoy ciego…” pensó y algo se derrumbó de pronto dentro de él.

 

Imagen: sp.depositphotos.com

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LA RISA, REMEDIO INFALIBLE.


RISA

Este título es propiedad de la revista “Selecciones”, pero lo uso aquí, aún sin permiso de la publicación (de la que guardo un ejemplar de 1943)  que siempre me pareció interesante y enriquecedora.

Realmente, la risa, que es una característica del ser humano, es mucho más que emitir carcajadas o hacer muecas… La risa es esa manifestación de inteligencia, de alegría, de “buen humor”, que aflora inconscientemente y cumple el papel de bálsamo reparador, de vivificante tónico para el espíritu, aunque físicamente también sea beneficiosa, porque se ponen en juego 15 músculos faciales, además de los del pecho y el abdomen. El metabolismo se activa, se liberan hormonas… ¡Se ríe feliz de la vida!

Algo que se debe aprender, aunque no sea fácil, es a reírse de uno mismo. Esto supone no tomarse demasiado en serio (lo que muchas personas hacen, porque se sienten importantes). No se trata, por cierto, de la risa boba de un tonto, sino aquella que indica inteligencia; esa que nos diferencia de los animales.

La risa supone buen humor y este es un estado de ánimo que nos permite enfrentar a la vida y lo que venga, con ventaja. “Mantener el humor”, “reírse de uno mismo”: se dice fácilmente pero tenemos que conseguir que así sea e iremos viendo como nuestra vida mejora.

Dicen que quien ríe, vive más. Un anciano alegre y que ríe, es por regla general más simpático que un viejo cascarrabias. ¿Es la risa el secreto de la longevidad?

 

RESPONSABILIDAD


RESPONSABILIDAD1

La epidemia de Ébola no solo es una amenaza mortal  que extiende rápidamente sus mortíferas y aterradoras garras sino que parece ser una jugosa “noticia”. Una noticia que muchos medios nacionales tratan de modo ligero y sensacionalista, sin medir (aparentemente) las consecuencias que esto tiene para la población.

Nadie puede negar la importancia demoledora que el tema tiene, pero me parece que esos medios en lugar de contribuir a una calma necesaria, hacen crecer lo que es el natural temor del público.

Es un hecho que el Perú no está preparado para afrontar un reto así con éxito. Se carece de lo elemental en salud para lograrlo y se desconocen (o están mínimamente difundidos) los protocolos necesarios para tratar esta enfermedad. Es una una responsabilidad que compete al Estado, que debe tomar cartas inmediatas en el asunto, no solo “vigilando fronteras” como parece que precariamente se hace, sino destinando los fondos necesarios para implementar las medidas de emergencia sanitaria del caso.

Lo que no puede ser es que salga un médico en los medios a decir que el Gobierno en vez de desarrollar una millonaria campaña publicitaria “contra” los médicos, debía destinar ese dinero para corregir las carencias sanitarias que nos hacen vulnerables.  Eso se llama sacar rédito y creo que con la salud no se puede jugar.  La responsabilidad del Gobierno no puede hacer que un médico aproveche y para ello contribuya a sembrar el pánico y que algún medio contribuya. Repito que no se trata de ocultar, sino de actuar responsablemente.

El Ébola es virulento en algunas regiones de África y por su ubicación geográfica el Perú parece estar lejos, pero el mundo es pequeño y con las facilidades de desplazamiento que tienen las personas, hay que redoblar las precauciones.

Precaución sí y medidas necesarias; pánico no.

El pánico obnubila e impide actuar correctamente. No se puede, no se debe azuzarlo; el pánico es tan mortal como el Ébola e igual de contagioso.

Sería irresponsable, asesino y suicida, ignorar la realidad de la epidemia y minimizar por completo sus consecuencias. No se trata de no informar: hay que hacerlo de manera que no se genere pánico.

El Ébola no es una “noticia”, es una desgracia contra la que la humanidad debe luchar.

 

 

 

 

 

HÉTICA


Lo que pasa con la ética en el congreso es que está hética, o sea tuberculosa. De otra manera no se comprenden los últimos acontecimientos, que en realidad son repetición de la repetidera, porque el tema trae una cola que envidiaría cualquier cometa.

Lo tremendo es que tras las renuncias y los titulares periodísticos, la enfermedad continúa. Y como se dice en fútbol, ahora que se acerca el mundial, “aquí no pasa nada”.

Poco a poco se va desliendo lo sucedido y lo que fue escándalo y ocupó primeras planas pasa a ser “una más”: se voltea la página y se usa otra en blanco para escribir lo mismo.

La protección es lo que venden los extorsionadores, ahora tan de moda. No sé si el ejemplo viene de ellos o es que lo aprendieron; lo que sé es que la protección, el “blindaje”, suena a colusión. El congreso no puede ser un parque de atracciones, una feria de pueblo, el medio de mal usar “influencias”, el “cuco” para asustar a legos.

El congreso tiene una bajísima puntuación en las encuestas y en la calle su popularidad es sub cero. Sin embargo, la realidad no cuenta y la burbuja protectora arropa y da calor.

Además de tuberculoso el congreso es miope, porque no ve ni un palmo más allá de su propio interés.

La tuberculosis, la hética, tiene cura, pero mata también si no es tratada. TBC

TELEFONITIS


TERMOMETRO

Es un mal relativamente moderno, que se ha agudizado con la aparición y diseminación de los teléfonos celulares, hasta volverse una peligrosa plaga que puede (y de hecho lo hace) reclamar vidas: la “telefonitis” puede ser mortal.

La enfermedad que ha ido creciendo en todo el mundo y se transmite por contagio, emulación o simple monería. Muchas veces los afectados empiezan por necesidad de uso del aparato telefónico, para evolucionar en verdadera adicción, que parece incapaz de curarse.

Algo tan sencillo como hablar por teléfono puede devenir en esta actividad compulsiva que hace que la persona no pueda prescindir del aparatito porque sin él se siente desconectada, perdida, incomunicada.

Si antiguamente la enfermedad afectaba principalmente a mujeres (tías, madres, esposas, hermanas o primas) que podían pasar horas en conversaciones de trascendencia dudosa con el resultado de abultadas cuentas telefónicas a fin de mes o el corte del servicio por la falta de pago, la modernización trajo el teléfono celular y de tamaño ladrillo, funciones restringidas, poca potencia y elevadísimos costos, se ha pasado a una disminución en tamaño, multiplicidad de prestaciones y total ubicuidad. Miles de millones de personas en todo el mundo lo atestiguan; son usuarios-víctima y fervientes enfermos dispuestos a esparcir el contagio que engorda escandalosamente diversas billeteras, mientras mata de inanición a otras (más que las que engordaron).

En la actualidad con la difusión de los teléfonos celulares y sus posibilidades de uso que van desde hablar y recibir hasta comprar, pasando por una infinita gama de “apps” que permiten matar cerditos voladores, aprender el inglés, recibir el horóscopo diario, escuchar la canción “del momento” y lo que a los “desarrolladores” les parezca factible, no existe diferencia de raza, edad, género o religión: todo el mundo es pasible de contraer la enfermedad, que tiene como síntomas un ensimismamiento soberano, la gran dificultad de hablar con alguien cara a cara, pérdida progresiva del oído, calambres en los dedos de las manos y también pérdida de sensibilidad en el índice de la mano que ocupe el celular.

Se hace “vida social” por interpósito aparato y sin embargo las personas se quejan de “falta de contacto”.

Es una plaga tal, que el faraón de la historia hubiera dejado de inmediato salir a los judíos, si, vistos los estragos, hubiese sido la primera pandemia que dios le propinara.

¿Dónde dejé mi celular?

 

«GOLDEN KNEES»


Una ciudadana coreana que sufría de atroces dolores en las rodillas, fue examinada con rayos X, los que mostraron agujas de oro, cientos de ellas, debajo de la piel de estas.

La mujer de unos 65 años había sido diagnosticada con osteoartritis y cuando los analgésicos que tomaba dejaron de hacer efecto y le produjeron problemas gástricos, se decidió por la acupuntura.

Ese es el origen de las agujas de oro, que fueron colocadas y dejadas ahí para, seguramente, prolongar el tratamiento.

Los rayos X mostraron que eran ellas, cuerpos extraños que el organismo rechazaba, cubriéndolas con tejido fibroso, generando inflamaciones y formando abscesos, las causantes de los intensos dolores (además de los de la osteoartritis).

Moraleja: la salud vale más que todo el oro del mundo.

 

FUENTE: RT.com

 

 

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