No se trata de comida, aunque el título haga alusión a un plato tradicional de la gastronomía española, elaborado con carnes, verduras y legumbres…
Lo que hay en la olla no es comestible, es francamente indigesto y vomitivo. Este es el Perú, señores, o mejor y más precisamente dicho, la “política” peruana; entrecomillo política, porque es cualquier cosa, menos esa palabra que proviene del latín polis, que significa ciudad…
Lo que se esta “guisando” no solamente produce un olor nauseabundo, sino que es mortal, peligrosísimo para la salud ciudadana, o sea la de nosotros, los habitantes de esta “polis” grande que se llama Perú….
Se ha destapado la olla y dentro se pueden ver, a congrezooístas, hijueputivos, delincuentes comunes, pájaros fruteros, sicarios asesinos, extorsionadores, ladrones de cuello blanco y un etcétera terrible y variado, que hierve a fuego lento en agua de cloaca…
Hay que echar el contenido de esa olla al desagüe y lavarla bien, para preparar lo que ha de ser algo sano, reparador…
¡Es lo que necesitamos todos en el Perú!
Nota gastronómica: El plato “olla podrida”, era una comida completa que los judíos preparaban para el sábado. Los cristianos habrían añadido al plato diversas porciones de cerdo, y de ahí vendría la actual versión, es decir, la olla. La historia de la olla podrida se remonta a la Edad Media en España. Según Covarrubias, la palabra podrida era en realidad “poderida” o poderosa, porque solo los ricos y poderosos tenían la capacidad económica para disponer de ella…
También ofenden, enojan, molestan y muchas veces provocan reacciones, que por lo general no son muy positivas que digamos…
La caricatura es una forma gráfica, a veces acompañada de un pequeño texto, que expresa algo que genera risa y el humor es una de las mejores formas de comunicar algo (la risa “desarma”). El humor, tiene, creo yo, mayor penetración que lo serio, y además, se hace humor hasta de lo más serio…
Últimamente, la policía nacional del Perú, como institución, ha reaccionado de modo totalmente negativo y diría que hasta “negacionista”, ante una caricatura, que refleja una situación sumamente seria y la expone con humor…
En un país donde la inseguridad ciudadana es percibida por la población como el mayor problema existente a nivel nacional, el decir que hay tres tipos de personas que usan el uniforme policial, que son diferentes, pero se ven igual, y para el ciudadano resulta imposible averiguar cuál es el policía bueno entre esas tres opciones, la caricatura de Carlos Tovar, “Carlín”, ha generado un revuelo, tal vez no tan grande como el que ha suscitado la “reacción” de la PNP, primero con un comunicado “rechazado” la pieza gráfica y su contenido, y luego amenazando con querellar judicialmente a Tovar y al diario “La República”, que publicó la dicha caricatura…
La estúpida reacción de la policía ha conseguido que el tema, que ya es percibido como muy importante, sea visto de manera sencilla y brutalmente clara…¡Por todo el mundo!
Y es que si la evidencia, graficada por “Carlín”, de ese problema, la era algo que la policía creía que era basurita que se podía esconder barriéndolo debajo d la alfombra y estaba haciendo eso… ¡La noticia ha dado la vuelta al mundo, tomando su verdadero cariz: es una amenaza contra la libertad de expresión! Dicen que “Con la verdad no temo ni ofendo”; sin embargo la PNP no está de acuerdo, pues demuestra que teme a la verdad y se siente ofendida al escucharla decir.
Lo que aquí se necesita es una buena limpieza, y que “El honor es su divisa”, brille.
La china Keiko y el cholo Vladimir, ella, descendiente de japoneses y él con nombre ruso, que eran enemigos irreconciliables, se reconciliaron hasta llegar de la manito, al altar dorado, oropélico, donde se adora al dinero y al poder que este produce, multiplicando el billete…
El Perú se hunde y el dúo y sus adláteres aplauden el “espectáculo”; luego se frotan las manos antes de meter los brazos hasta los codos y como Rico McPato, tirar con júbilo irrefrenable, las monedas al aire para que caigan sobre sus cabezas…
Este naufragio nacional nos involucra a todos, menos a “quienes tú sabes”, que flotan en cualquier agua, no importa si son de pantano, desagüe o inodoro…
El último sufragio del congreso ocasionó el naufragio y no hay asegurador que respalde al país, porque el matrimonio con ch y su gentuza, ahuyentaron a todos, para quedarse solos y disfrutar del banquete de la victoria, que espero los enferme y los llene de gases para que hinchados se vayan volando a merced de los vientos y que no vuelvan más por este mundo, convertidos en escoria espacial que viaja hasta el fin de los tiempos…
Joan Manuel Serrat declara en una canción, principalmente dos cosas: que está harto y que está cansado de estarlo.
Bueno, así me siento yo con lo que sucede en el Perú y en el mundo y no es que diga la ya famosa frase que atribuyeron -sin ser cierto- a Mafalda, la genial creación de Quino: “Paren en mundo que quiero bajarme”, pero si se pudiera hacer, eso haría …
Es que, aunque al lado de las diferentes guerras que se libran a diestra y siniestra, la hambruna que se sufre en varios países, la amenaza del uso de armas atómicas, la corrupción que campea, el pensamiento ultraderechista que avanza con sus consecuencias nefastas y tanto otro tema que demuestra que el ser humano es de todo menos el concepto de “humano” que aún existe, los problemas del Perú son una gotita de agua en el océano, pero es lo que me atañe directamente, porque aquí vivo, es mi país, mi patria, mi pasado, mi -por decir lo menos- desagradable presente, y un futuro que pinta bastante oscuro (aunque es posible que me quede poco ya, personalmente) incierto, de pronóstico reservado, que hot no pareciera presagiar nada bueno …
¿Pesimista? Sí, pero dicen que un pesimista es el optimista enfrentado a la realidad, o sea que en realidad soy un optimista desencantado, uno más de los miles de los cuales el presente ha “convertido”.
¿Qué hacer? No lo sé.
De mi parte lo que haré es seguir escribiendo mientras pueda, dando gracias por tener amigos y familia, lo que me empuja y anima a seguir adelante en esto que es lo único que sé hacer …
Como diría “Melcochita”, el cómico peruano: “¡No lo lean!”
Es que esto seguramente no va a gustar a muchos, porque voy a romper la promesa que hice de no ocuparme de “la coyuntura”, pero advierto (me doy cuenta), de que el giro del “establishment” político limeño y el del gobierno peruano, hacia una derecha cada vez más retrógrada, empoderada y que se siente totalmente impune, ocurre como si motores a propulsión nuclear se hubieran activado…
El Talibán original es una rama ultraconservadora (“derechista”) religiosa, que corresponde al islam y que podemos ver en las noticias, sobre su “reentré” en el gobierno de Afganistán, empoderados por una victoria, que fue ayudada, creo, por el ultraderechista presidente norteamericano Donald Trump, al retirar las tropas norteamericanas que libraban una guerra, entre otras cosas, para que el país no fuera un “nido de terroristas”. Trump decidió el retiro de su ejército, pactando no con el gobierno, sino con los talibanes, que “ofrecieron” no volver a sus antiguas prácticas de segregación femenina (no universidades ni institutos, prohibición de trabajar en ONG´s o agencias de las Naciones Unidas y si encuentran trabajo, tiene que ser en secciones donde estén totalmente separadas de los hombres) además de afrontar penas severísimas por tener alguna parte del cuerpo sin cubrir completamente y el impedimento de desplazarse si no están acompañadas por un hombre de su familia, entre otras barbaridades misóginas). ¡Qué curioso…!, el misógino Trump, “negociando” con los recontra misóginos talibanes…
La retirada de los norteamericanos dejó la cancha libre al Talibán, que rápidamente se hizo del control del país y volvió a las andadas, sembrando el terror, castigando incluso con la ejecución a las mujeres que “osaran” contravenir su interpretación de las normas islámicas y volviendo a poner en marcha el nefasto “Ministerio de la propagación de la virtud y la prevención del vicio”, que reemplaza al “Ministerio de la mujer”, que existía…
Aquí, el término “machista” se queda corto y es un terrible ejemplo de lo que el fundamentalismo religioso, o cualquier fundamentalismo, la misoginia y la estupidez humana, producen.
Pero volviendo a esta Lima, que tal vez debería llamarse “Limo” (misóginos dixit), y a un gobierno nacional que “manda, pero no comanda” doña Dina Ercilia Boluarte, encuentro similitudes peligrosamente cercanas al desempeño de los talibanes en cuanto a fundamentalismo e irrespeto a los derechos humanos. Allí están los muertos en las protestas, por las balas, esas que son avaladas por un gobierno que le echa la culpa al golpista Castillo. Están las declaraciones televisadas del alcalde limeño (confeso portador de un cilicio de penitencia y miembro de la congregación católica “Opus Dei”, notoriamente ultraconservadora), Rafael López Aliaga -autollamado “Porky”- que más a la derecha rancia y pestilente no puede estar, donde con su misoginia alimentada espirituosamente por el alcohol ingerido, ataca primero a periodistas mujeres, para luego ampliar su embestida a los periodistas en general. Es el mismo que ofreció convertir a Lima en una “potencia mundial” (no sé lo que eso sea), que prometió “de inmediato”, para combatir la delincuencia ciudadana, 10,000 motocicletas que patrullaran las calles… El que inventó una “playa” para un distrito como San Juan de Lurigancho, alejado del mar, llamando así a una piscina que rodeó con camionadas arena, ubicada en un cuidado parque zonal.
¿Y la llamada “Resistencia” en todas su varias agrupaciones, rebautizada como la “Pestilencia”, que actúa impunemente a vista y paciencia de policías, de serenos municipales y autoridades en general, hostigando a periodistas y políticos que consideran no piensan como ellos, echando basura y excrementos en sus domicilios y oficinas; que irrumpen e interrumpen las presentaciones de libros que “no les gustan”, que se toman fotos con el Defensor (bien llamado “Ofensor”) del Pueblo y altos mandos policiales…? Y que finalmente, son recibidos por el viceministro de cultura, que fotografía con ellos, diciendo que lo hace porque es “inclusivo”, acto justificado por la ministra… Ese es el “brazo armado” de una ultraderecha que acaba de amenazar de muerte al Presidente del Jurado Nacional de Elecciones, en público, valiéndose de un megáfono y diciendo que cumplirán su propósito, porque cuentan con el “respaldo” de la Fiscalía y el Congreso… La pregunta es obvia: ¿Hasta cuándo vamos a permitir que esta lacra asesina siga operando y medre en las aguas estancadas, cubiertas de légamo de los pantanos pútridos…?
Son los talibanes locales, que están destrozando todo (lo que no les conviene); esa extraña alianza entre extremos que se unen (ultraderecha y ultraizquierda) cuando de intereses se trata, especialmente si son pecuniarios. Para peor, son de poca, ínfima monta al lado de los verdaderos, pero dañinos como la polilla, el comején o los zancudos portadores del dengue. Proliferan, se reproducen y sus larvas nacen con hambre, atacando todo lo que no está de acuerdo con la “doctrina” de sus progenitores.
Talibanes peruchos, pobres diablos que deberían volver al estercolero de donde salieron y al que pertenecen.
Un amigo, viendo lo que había escrito últimamente, me comentaba, que había que tener Esperanza. Y le doy toda la razón …
Lo que me sucede y debe pasarle a casi todo el mundo, es que el día a día va acumulando una carga de realidades que no son agradables y van aplastándonos con algo que nos dificulta o a veces, impide movernos …
Entonces, esperar que algo bueno, diferente suceda, parece muy lejano o tal vez imposible y así, esa “mochila” de acontecimientos cada vez pesa más … Pesa tanto, que sentimos que no podemos cargarla y entonces, en mi caso, como una especie de catarsis, hago lo único que puedo hacer y escribo …
Y como ya ha sucedido otras veces, el mito de Pandora regresa a mi memoria para recordarme que después de salir todos los males, que inundan el mundo y afectan más tarde o más temprano a todos por igual, la Esperanza, tímida, emerge a la luz. Es lo último en la caja de Pandora, que en realidad, parece ser que era una bolsa, porque lo de caja, según sé, es una transformación medieval …
Y entonces, después de todo lo malo, queda la Esperanza, tal vez tímida, como digo, apocada, cauta … La Esperanza es quien nos hace sobreponernos al Mal y no piensen que lo que escribo, supone haberla perdido, sino que su cautela, impide que nos grite “¡Aquí estoy!” y a veces es difícil de notar. Pero no significa otra cosa que el barullo nos agrede y distrae; la Esperanza está ahí, esperando … “Esperando”, porque la Esperanza es paciente y espera, aunque digan que “es lo último que se pierde” …
La Esperanza espera que nos demos cuenta de su presencia, y entonces, sonreirá y vendrá para salvarnos.
Escritora, redactora y editora del lado infra literario opuesto a la revistilla del montón* - palabras de René Wellek y Austin Warren en su obra " Sobre la Teoría Literaria". Editora en el sitio Masticadores Sur
manologo 
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