
El recién nombrado embajador del Perú en Venezuela, señor Richard Rojas García, (que suma cuatro eres –las de Richard, en su nombre y el primer apellido y la de García, en el segundo-), es un tema de esos que, en jerga, se llama “rochoso”; es un “roche” para el gobierno nacional, o sea da vergüenza, o debería darla …
Tal vez se diga que cuatro erres en nombre y apellidos, “cuatrijustifican” que el señor sea embajador, porque esta palabra termina con ere (y las cuatro eres del señor Richard Rojas García, son más y para mejor, dos son mayúsculas, no una sola erecita minúscula y al final, como en “embajador”.
Por si fuera poco, el canciller (una sola ere) Oscar Maúrtua De Romaña, tiene solamente tres eres en sus nombres y apellidos y una sola es mayúscula o sea que de acuerdo a la “lógica de las erres”, no debería ser ni embajador ni canciller, pero da la casualidad que es diplomático y aunque la palabra no tenga eres ni por asomo, resulta que califica para ambos cargos. Pareciera que es una cuestión de eres, como roche, rochoso, Richard, Rojas y García.
Al señor (con ere), lo nombraron embajador en Panamá y desde el país del istmo, no dijeron nada por un mes, lo que en “diplomatic language”, significaría “no” o un cortés “no se oye padre” …. Sin embargo, ahora va como representante oficial peruano para Venezuela, pero resulta que la fiscalía está pidiendo su impedimento de salida del país, porque es investigado por un asunto dinerario sospechoso …
Pero si de eres se trata, ni Venezuela ni Panamá tienen eres en sus nombres, pero como son Repúblicas, Cantinflas diría… “¡Ahí está el detalle!”.
Imagen: https://www.deperu.com
Nota: Cuando es una “r” mayúscula, o está al empezar la palabra, se “duplica” fonéticamente, acentuándose el sonido (o sea que “suena” más importante…)
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