Todo lo que está pasando, con dimes, diretes, comisiones investigadoras, declaraciones a los medios, especulaciones, negativas, afirmaciones, videos, audios y toda la parafernalia imaginable, no permiten pesar, porque cada facción jala para su lado y quien mete más bulla quiere ser ganador. O tal vez lo desea el que piensa que tiene la sartén por el mango. Como es ya costumbre, asistimos a un “cruce de espadas” donde las chambonadas, una tras otra, saltan a la vista.
Tal parece que esto lo organizara el antiguo “espía” de la TV, Maxwell Smart, tan popular en los años 60.
No creo que la democracia se merezca esto ni las otras cosas que pasan. En realidad no “pasan” y se quedan atracadas en la garganta ciudadana. ¿Por qué tenemos que actuar como republiqueta y portarnos como las patotas del fútbol, mostrando a los demás lo peor que tenemos?
Los mordiscos y patadas voladoras, llenan los medios, rivalizando con la crónica roja. Por lo pronto, lo que sí podríamos tomar como ejemplo del Super Agente 86, es el famoso “Cono del Silencio”. Por lo menos habría menos bulla.
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