LIBIA.


 

El asunto está que arde, realmente. Los ataques de Francia e Inglaterra y otros países, producen y producirán víctimas. Las “legales” y los “casualities of war” que se traducen, ambas, en vidas humanas. Todo, al parecer y decir de las noticias, porque a un señor (si así puede llamársele) le molesta que se rebelen contra un poder omnímodo, que tiene ya 41 años. Los que finalmente no aguantaron la expoliación de un país, los asesinatos no tan secretos de “disidentes” la falta de libertades y la ausencia de una expresión sin cortapisas, son llamados “rebeldes”.  Estamos muy lejos geográficamente de Libia pero el sufrir de hombres y mujeres hace que el país esté a la vuelta de la esquina, o al apretar una tecla en la computadora. Un país que reclama la libertad que se le debe, nos hace sentir a todos que los aviones del ejército cruzan el cielo bombardeándonos y buscando matarnos. Parece increíble que un hombre como ese tenga cabida en un mundo que tiene desde Naciones Unidas hasta Cruz Roja o  Media Luna Verde (en un Islam para el que la cruz occidental no significa nada). Un mundo cuya tecnología ha achicado hasta hacerlo caber en un escritorio. Es increíble digo que el ejército mate en su nombre. Y sin embargo es cierto. El hoy denostado y antes alabado “revolucionario” continúa mostrando los dientes, desafiante a toda lógica. Dientes que, ahora sabemos, pueden destrozar vidas y lo están haciendo. Detrás se oculta mucho: desde la culpa de un occidente al cual pareciera importarle solo el petróleo, las extrañas alianzas en un territorio desconocido para la mayoría de extranjeros y los cambios de dirección de la política mundial. La vieja sonrisa de triunfo del coronel esconde un rictus que estamos descubriendo.

Los llaman rebeldes. En realidad yo creo que son héroes. Héroes sin nombre o con nombres difíciles para el extraño y por lo tanto olvidables. Héroes que luchan porque su país tenga lo que aparentemente nunca tuvo y que el petróleo tiñó de negro.

Libia duele. Es el mundo. Está más allá de las noticias y la aparente locura de un hombre. Libia ahora es muerte.