EL VUELO DE EVO


avión

El incidente del avión del Presidente Boliviano Evo Morales en Europa, ha sido en realidad una odisea que demuestra lo poco que importa Sud América a ciertas naciones.

Negarse a que aterrizara “porque se creía” que llevaba un pasajero más, uno buscado, hizo peligrar la vida del Presidente, sus acompañantes y la tripulación del avión. Eso, para “dar gusto” a una potencia que está moviendo cielo y tierra (realmente) para conseguir que un hombre, que considera un peligro para su seguridad sea apresado y enfrente prisión o algo peor.

Lo que ha ocurrido y que parece parte de una novela de espionaje y ciencia ficción juntas, es una realidad que se viene a las primeras planas en medio de un caos mundial que incluye la fuerte crisis económica, filtraciones de noticias “extrañas”, revoluciones sangrientas y las habituales desgracias que ocurren en todos los paralelos de este planeta llamado Tierra. El caos globalizado se presenta, sin pedir permiso y si miramos bien es la misma raza humana la que provoca lo que, a todas luces, ya la está destruyendo.

Se podrá o no estar de acuerdo con Evo Morales, su política y los exabruptos que lanza a veces, pero no creo que esto que ha sucedido sea un modo de decirlo. Los países tienen el derecho a negar el tránsito sobre su territorio y el espacio aéreo que les corresponde, pero si lo que pasó es que primero concedieron el permiso para que aterrizara y repostara combustible (ningún avión vuela sin un plan de viaje anunciado y autorizado previamente y menos uno que lleva a un Presidente) y luego lo negaron, es un acto abiertamente hostil. Un acto que linda con lo criminal.

La estadía de más de 12 horas en un aeropuerto europeo podría tipificarse de secuestro. Todo porque alguien recibió información equivocada y cinco gobiernos resolvieron que la vida de sudamericanos no valía la pena para contradecir a la potencia.  Después vendrían las disculpas y las explicaciones. Si hubiera sucedido algo fatal, las condolencias y las coronas de flores no se habrían hecho esperar.

Si esto no se  llama presión no sé cómo llamarlo. Yo no soy anti yanqui y tampoco anti algo. Pero creo que en casos como este no hay que hilar muy fino para darse cuenta quién cree que tiene la sartén por el mango: “¿no te alineas?, muere tu Presidente, no me importa”. El mensaje es directo y regreso a un post que publiqué y que se titulaba (¿premonitoriamente?): “Seguridad, cuántos crímenes se cometen en tu nombre”.

El vuelo de Evo Morales  aterrizó entre aplausos… y suspiros de alivio.