SI NO ESTOY DE ACUERDO TE PEGO


He visto en las noticias a un jugador de tenis pegarle una patada al árbitro. Actitud equivocada, sobre todo porque no era fútbol el deporte en cuestión y el árbitro no era una pelota. Actitud totalmente equivocada y absolutamente censurable, porque la reacción física que implica ira y descontrol es ajena a la práctica de un deporte. En realidad es una reacción totalmente primaria, de aquél que carece de argumentos y recurre a lo que su instinto (casi escribo animal) le dicta: golpes, salivazos, gritos, violencia. En este caso el llamado deporte blanco ha sido manchado de negro.

A diario nos encontramos con que los argumentos desaparecen para dejar lugar a la vacuidad de razones. Las palabras son sustituidas por el empellón, el insulto y si mucho apura los golpes y hasta la muerte.

¿Cómo es que el ser humano que llega a las estrellas perpetra acciones así? ¿Es posible que no nos demos cuenta del nivel zoológico al que alcanzamos a veces? Los ejemplos sobran y están en todo el mundo: desde el padre que golpea al niño “para que entienda” hasta el dictador que encarcela o asesina a los disidentes. Desde la madre abusada con cualquier pretexto hasta la represión a balazos de una manifestación. Siento que todo esto que escribo no solo carece de eco, sino que como si fuera un “deja vu” se piensa que otra vez estoy sobre lo mismo. Es que no me resigno y cada vez que un ejemplo salta (que lo hace muchas veces) me gustaría que las cosas fueran distintas y que ese ser que bajó débil de los árboles y se enfrentó con el furo gracias a su cerebro, no negara el avance logrado y se retrotrajera a un pasado al que no puede volver.

Tal vez sea un iluso, pero me niego a perder la esperanza. Yo creo en el fair play y las razones, porque no admito que el gran salto se convierta en una  estúpida caída libre.

 

Publicado por

manoloprofe

Comunicador y publicista desde 1969. Profesor universitario desde 1985. Analista y comunicador político desde 1990.