LO PEOR QUE PUEDE PASAR


LO PEOR QUE PUEDE PASAR

Esperó, nervioso, el desenlace: los acontecimientos se habían sucedido abruptamente, elevando su presión arterial hasta el punto que casi se desvanece; lo único que faltaba sería que muriera sin ver el final de todo, pensó.

 

Escribió con dificultad una nota, la dejó sobre la mesa del comedor, al lado de la taza de café que no había tocado por su casi desvanecimiento y se sentó a esperar, mirando hacia la ventana que tenía la cortina cerrada; pasó el tiempo y lo único que retumbaba en sus oídos eran los latidos de su corazón que se agitaba como desacompasado.

 

Dieron las seis y no sucedió nada.

 

Tal vez mañana…”, pensó, mientras hacía una bolita con el papel que empezaba diciendo: “A Quien pueda interesar”.

 

Tal vez mañana…

 

Imagen: hospitaldelaribera.wordpress.com