Ojalá este sea el “año de la verdad” que tan disminuida, zarandeada y negada anda, no solo en el Perú sino en muchos otros lugares.
La verdad verdadera, no esa de pacotilla y relumbrones que nos quieren vender. La verdad que brilla con luz propia y desafía a las oscuridades que lo andan ensombreciendo todo.
Que en este año la Justicia sea Justicia, con “J” mayúscula y no el remedo que tenemos y es un sainete de ínfima calidad.
Que la honestidad regrese de vacaciones y vuelva fuerte, bronceada y con ganas de ser la que siempre fue.
Tal vez sea mucho pedir y un atrevimiento hacerlo, pero dicen que quien pide al cielo y pide poco, o es imbécil o está loco; por eso, tratando de no ser lo uno ni lo otro, repetimos la frase popular de Mayo del ´68: “Seamos realistas, pidamos lo imposible”.
Pero creo que la verdad lo engloba todo y sería fantástico que este 2015 la verdad se abriera paso para decir ¡presente! ¿No es cierto?
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