LA PALOMA Y EL MEJOR CAZADOR.


 

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Leo con entusiasmo “En aparente estado de ebriedad” de Jaime Bedoya, a quien admiro como escritor desde que en la revista “Caretas” alegraba y divertía mis semanas con sus columnas inteligentes y lúcidas hasta el absurdo; luego “Disculpen la pequeñez” del suplemento dominical del diario “El Comercio” hizo que espere con impaciencia la llegada del periódico que no pasa por debajo de la puerta los domingos…

 

Me enteré de la aparición del libro que resume tres (“Ay qué rico”, Kilómetro cero” y “Mal Menor”) con añadidos de una selección sus columnas del dominical, la revista y de la web “Trigo atómico”, le pedí a mi amigo Jaime (porque yo no es que salga) que por favor lo buscara en una librería y en su siguiente visita lo trajera.

 

Así fue y en una gratísima reunión con él y tres compañeros de colegio, me llegó el banquete, aumentado por Lucho, que trajo, de Alonso Cueto “La batalla del pasado”, una selección de “San Isidro Lee” publicada por “Santillana”. ¡Un festín de lectura!

 

Consigno todos los datos, porque para la verdadera “pequeñez” que significa este post, creo necesario decir que estoy leyendo (con entusiasmo, ya lo dije) el libro de Bedoya y me preparo para deleitarme con el de Cueto…

 

Al grano: en la página 73 (Editorial Random House serie Literatura – Noviembre 2016) se lee  “”en el interin sufre una caída doméstica y se lesiona el hueso calcáreo del pie izquierdo…”      (El subrayado es mío).

 

Cierta vez, le dije a Chachi Sanseviero, mi amiga librera y uruguaya que cuando encontraba un error en un libro me sentía mal, porque no me estaban dando el producto correcto; ella me dijo: “Yo también me siento estafada”…

 

Y es que en realidad, un error puede ser producto de una equivocación, pero para eso están las relecturas del texto con las correcciones necesarias y el papel del corrector profesional que toda editorial que se respete debe tener.

 

 

Tal vez se quiso poner calcáneo, que es como se llama en realidad el hueso, porque calcáreo se dice de un mineral o una sustancia que contiene cal.

 

Bueno, un resbalón cualquiera da en la vida; eso sí, que no afecte al calcáneo por favor.

 

Continúo mi lectura con el mismo entusiasmo, pero con cuidado, por si las palomas…

 

Publicado por

manoloprofe

Comunicador y publicista desde 1969. Profesor universitario desde 1985. Analista y comunicador político desde 1990.

4 comentarios en «LA PALOMA Y EL MEJOR CAZADOR.»

  1. Cuando cometo un error similar –me ocurrió hace unos días– lo veo como una ofensa a mis lectores y tardo en reponerme (en el caso que cuento me avisó una seguidora por «guasap, feisbu y email» y lo pude corregir sin muchos daños colaterales. Hasta me planteé dejar de escribir. Saludos

  2. Es verdad. Uno escribe para sí mismo y con la esperanza de que lo lean.
    Uno se debe respeto propio y debe respetar a los demás.
    La comisión de errores ortográficos y de redacción es un irrespeto total (además de la demostración de ignorancia y descuido).
    Abrazo, 🙂

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