SABOR PLAIN


El empaque de una conocida marca de galletas, pone “SABOR PLAIN” …

¿Será un nuevo sabor? ¿Será que tengo que conocer el idioma inglés para averiguar qué sabor es…? En inglés, PLAIN, significa plano o llano, pero esta es una “galleta de soda”. ¿Tiene un sabor “llano”? ¿Tal vez “no tenga ningún sabor” …?

¿Será que sabe “a galleta de soda nomás” …? ¿A qué sabe una galleta de soda …?

 Si buscamos un poco, soda, puede ser:

  • Agua carbonatada, que es agua sin saborizantes que contiene dióxido de carbono (CO2) que burbujea cuando la bebida se despresuriza; también puede referirse a aguaquina que es una derivación de soda, solo que esta contiene un ligero sabor endulzado.
  • Nombre común de la planta Salsola soda de la que se obtiene el carbonato sódico anterior.

Definitivamente, una galleta no es un refresco, tampoco es agua (aunque existan las galletas llamadas “de agua”), esperemos que las galletas no tengan soda cáustica…; entonces, esta “soda” será carbonato de sodio, que si averiguamos en Wikipedia…  “El carbonato de sodio o carbonato sódico es una sal blanca y translúcida de fórmula química Na2CO3, usada entre otras cosas en la fabricación de jabónvidrio y tintes. Es conocido comúnmente como barrilla, natrón, sosa Solvay, soda Solvay, sosa Ash, ceniza de soda y carbonato sódico anhidro1​ o simplemente sosa, (no se ha de confundir con la sosa cáustica, que es un derivado del carbonato sódico, mediante un proceso conocido como caustificación). Es la sustancia alcalina más común que se conoce y utiliza desde la antigüedad.”

Dice que la soda se usa para la fabricación de vidrio, jabón y tintes, pero no dice nada de galletas… ¿Se come?

Me quedo con la pregunta, mientras supongo que lo que quiere decir el empaque con “SABOR PLAIN”, es que las galletas no saben a nada, salvo a lo que le pongas encima o entre dos de ellas…

Ahora, si quieren, la definición del mismo Wikipedia de galleta de soda…: “La galleta de soda es un cracker fino, y normalmente cuadrado hecho de harina blancagrasa alimentarialevadura y levadura química, con la mayoría de las variedades ligeramente espolvoreadas con sal gorda . Tiene perforaciones por su superficie, para permitir que el vapor escape y suba uniformemente, y por los bordes, ya que las galletas individuales se rompen en láminas mayores durante la fabricación. Tiene una textura seca y crujiente, y se hace con menos grasa que otras variedades.”

Y eso, que solamente se trata de simples galletas…

¡Provecho…!

Imagenhttps://elements.envato.com

Información: Wikipedia.

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MERMELADA CASERA


Siempre asoció el olor con su infancia, cuando su madre y su tía, en la cocina calurosa, lo preparaban todo para hacer mermelada y guardarla en frascos de vidrio que habían contenido algo y perfectamente lavados, la guardarían, bien tapados, para deleite de futuros desayunos, lonches, antojitos y por qué no, como postre para almuerzos dominicales, conversados y largos.  Especiales, pues.

El tiempo había pasado, llevándose a su madre y a la tía, sin que nadie volviera a preparar la mermelada de fresa en la casa y tal vez por eso, la añoranza lo asaltaba cuando veía a una vendedora de fresas con su canasta repleta, o cuando en el supermercado, comprando para la semana, atraía su vista la sección frutas, donde, en sus paquetes transparentes, las fresas parecían sonreír alegres y apretadas.

Un día, hizo lo que nunca había hecho, por considerarlo una traición: compró un frasco de mermelada de fresa, decidido a remontar el río de los recuerdos.

Ya en casa, solo, con mucha ceremonia, puso en la mesa del comedor un individual y sobre este, un plato, cuchillo y una servilleta de papel. En la panera había varios panes franceses. Abrió uno por la mitad, cuidadosamente, para luego destapar el frasco de mermelada y untar con generosidad el interior del pan, uniendo ambas partes. Después de tantos años, se sentía culpable, pero la memoria y el rojo brillante del dulce hicieron que sonriera, anticipando un gusto largamente postergado.

Dio un mordisco al pan y esperó que lo llenara el sabor de lonches, desayunos y antojitos soñados, pero no lo atropellaron las imágenes de su infancia, sino un sabor medio metálico, falso. “Es el sabor de la traición”, pensó y cerrando el frasco de mermelada recién comprado, prácticamente lleno, lo botó a la basura y fue a servirse un café, que no sabría a infancia.

Imagen: http://www.prensalibre.com

MANTEQUILLA, PAN NEGRO Y CAFÉ


MANTEQUILLA, PAN NEGRO Y CAFÉ.jpg

Recuerdo que a Manuel Enrique, mi padre, le gustaban especialmente esta tres cosas, además del lomito ahumado que cortado en tajadas delgaditas, sabía a fiesta cuando lo había en casa…

 

La mantequilla era de la marca “Velando”

(un apellido arequipeño)  y era mantequilla auténtica, de leche de vaca y no como ahora de semillas de girasol o aceite de soya (o soja, como le quieran llamar); o sea que era producto de un animal que caminaba y pastaba, no la extracción fabril de jugos de planta que nos pasan por mantequilla, con el nombre de “producto para untar” o   –trabajosa y culpablemente- “margarina”; la mantequilla “de Velando” venía empacada en papel que era como el “papel manteca”, en forma de un cubo rectangular (aunque los cubos sean iguales por todos lados, es la única manera que encuentro para describir la forma del bloque mantequillero). Se podía encontrar en dos presentaciones, con una vaquita impresa en rojo para la que tenía sal y otra en azul para la que no.

 

Mi padre la compraba en una tienda que solamente vendía mantequilla y café, que era molido en una moledora roja ubicada sobre la mesa de despacho, al lado de una balanza. El café era marca “Lanfranco” y llegaba oloroso a casa en una bolsa de papel color kaki bajito, que contenía medio kilo del café recién molido. El único mueble visible en la pequeña tienda era el mostrador/mesa de despacho y detrás había una puerta que seguramente llevaba a un recinto con una heladera, donde se guardaba la mantequilla. El café estaba en un saco de yute detrás del mostrador/mesa de despacho y de allí con una gran cuchara  pasaba a la moledora…

 

El “pan negro”, era un pan de centeno integral, que venía en tajadas rectangulares y envuelto en papel celofán.

Riquísimo, con los granos de centeno partidos e integrados en la miga densa y firme, con corteza dura y delgadita, lo compraba en la Salchichería Suiza (de donde venía el fabuloso lomito ahumado)  y una etiqueta blanca, muy sencilla, decía “Vollkornbrot” y lo que  supongo era el Registro Industrial y algún dato más además de la frase informativa y clarificadora para los no alemán-parlantes: “Pan integral de centeno”.

 

Todo, mantequilla, café, pan y lomito, eran lo que hoy se llamarían alimentos naturales, entonces considerados sanos, porque ahora el colesterol, los triglicéridos, la cafeína estimulante, la carne de cerdo conservada, la sal, el ahumado y hasta las pititas que quedaban como restos de un amarre del lomito ahumado entero y que se iban con las tajadas que la cortadora hacía, serían considerados peligrosos para la salud, muy poco saludables. Se salvaría el pan de centeno que en teoría (y solo en teoría) es comida sana, permitida y yo diría que un poquito aburrida porque le faltaría la mantequilla, una tajada de lomito ahumado y para acompañar, un café cargadito…

 

Los tiempos cambian, los recuerdos quedan y los sabores están en la memoria junto con los buenos momentos.

 

Imagen: http://www.carrefour.es

DE NÚMEROS Y VERDURAS


DE NUMEROS Y VERDURAS

Nunca me gustaron las matemáticas ni las verduras y mi padre, ingeniero, sufrió mi desamor por los números al tratar de explicarme lo que para mí eran misterios insondables y tan atractivos como una coliflor; mi madre fue la que descubrió primero que a su hijo menor le importaba más lo estético que lo correcto, un día en que la monja profesora la llamó al colegio para decirle que yo era muy formal y obediente, pero que no se explicaba de qué manera llegaba al resultado de las divisiones que hacía en mi cuaderno porque estaban ordenadas, limpiecitas, pero los números que haciendo la figura de un cono invertido ponía en la parte izquierda, no tenían nada que ver con el resultado que lucía a la derecha, bajo el signo de división.

 

Mi madre, en casa, me hizo la pregunta y yo le confesé que inventaba los números, pero eso sí, se veían muy bien…

 

Lo de las verduras fue aversión a primer sabor, creo, porque ni disfrazadas con la imaginación de doña Victoria, cocinera experta que llegaba a la casa a las 9.00 am y se iba a las 6.00 yo las comí nunca; a lo sumo probaba el disfraz y mis papilas gustativas encendían todas la alarmas, lo que hacía que me negara a comer.

 

De nada valieron amenazas, ruegos, premios o castigos porque algo en mí rechazaba lechugas, vainitas, brócoli, zanahoria, arvejas, espinaca, acelga, espárragos verdes, col, coliflor, berenjenas, beterraga, nabos, pepino, camote…

 

Sin embargo comía (y como) papa, tomate y palta. Hoy, tal vez un médico daría con la razón de lo que para mí ha sido siempre normal y que conste que respeto a los verdurófilos aunque pienso que los veganos son una especie de extremistas, pero yo, con las verduras… ¡Nada!

 

A mis 72 años sigo sin entender el amor por las matemáticas y opino que “¿Lechuga? ¡Para el canario!”

 

Imagen: emojiterra.com

 

 

 

UVA BORGOÑA


UVA BORGOÑA

Me gusta la uva borgoña que siempre ha sido el sinónimo de uva para mí, a pesar que la uva Italia tenga más prestigio.

 

Cuando se dice “color uva” es ese rojo profundo                –morado, casi negro- de la uva borgoña; huele, definitivamente a uva con ese perfume suave, tal vez dulzón, que se suma a un sabor incomparable y que las otras variedades de uva, lo siento, no alcanzan a tener.

 

Ajustando un poquito, la cáscara deja salir fácilmente la fruta que se desliza en la boca para después si uno quiere, masticarla hasta que se deshaga…

 

El otro día comí gelatina de sabor uva y el sabor era el de la uva borgoña…; digo yo, si hasta la esencia de ese postre sabe a uva borgoña y la gelatina tiene el color que uno se imagina cuando le dicen uva ¿no tendrán celos de la borgoña las demás variedades de uva?

 

Imagen: vorgovinsl.wordpress.com