Siempre es un buen momento para leer.
El libro, compañero de la vida, nos conecta con inteligencias cuyos dueños tal vez se extiguieron físicamente, pero viven en el polvo cósmico de las letras. Viajamos, soñamos y logramos todo gracias a los libros.
Leamos pues. Aquí, algunos extractos del libro «Pensamientos en una Estación Seca» de Gerald Brenan.
Gerald Brenan (Sliema, Malta, 7 de abril de 1894 – Alhaurín el Grande, Málaga, 19 de enero de 1987)
>«En el siglo XIX, el promedio de vida para los clérigos era ochenta y un años, para los políticos setenta y siete, y para los ateos y escépticos sesenta y cuatro» (David Ogg, Europe of the Ancien Régime.) Así que creer en Dios es beneficioso.
>Los ateos que odian la religión se comportan así usualmente porque la han recibido en su forma más tosca y antropomórfica. Del mismo modo una persona que hubiese oído sólo la música ligera que se toca en los parques podría suponer que ésa es la única música.
>Me pasé despierto la pasada noche desarrollando una herejía. Esta es que Dios no se preocupa del individuo, sino sólo de la especie. Es Cristo quien se preocupa del individuo. Él descendió a la tierra para redimirlo y reconciliarle con Dios. Pero, ahora los marxistas intentan desbaratar la obra de Cristo y restablecer la Ley Antigua.
>Las religiones se mantienen vivas mediante herejías que son, realmente, explosiones súbitas de fe. Las religiones muertas no tienen tal cosa.
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