¿PODRÍA SER…?


Cuando algo ES, se tiene por lo menos una prueba irrefutable de ello; de otra manera, existe el condicional, ese que abre las posibilidades de la negación o afirmación sin pruebas concretas…

PODRÍA SER se aplica a muchísimo y en el mar de dudas que suscita, flotan a veces solitarias y escasas las pruebas. Pocas certezas, en un océano de condicionantes. La frase “ver para creer” es famosa y también decimos que algo es “palpable” para describir lo que podemos tocar y en lo que, por lo tanto, se puede creer (al menos el que “palpa”).

 También usamos “evidente” en el caso de que se pueda comprobar con la vista y llamaremos “evidencia” a la prueba…

Ahora bien, siempre solemos esperar ser NOSOTROS, cada uno, “en persona”, el que obtenga la prueba y así “si no lo veo no lo creo” … Parece ser que es imperativo “ver”, como lo es “tocar” o “palpar”, en resumen, percibirlo a través de cualquiera de nuestros sentidos para creer, es decir para tener una “prueba”.

Sin embargo, según el diccionario, creer es:

Considerar una cosa como verdadera o segura o pensar que existe, sin tener pruebas de su certeza o un conocimiento directo de la misma… O sea que, para creer, se necesitan “pruebas” o hay que tener fe, que es: Considerar una cosa como posible o probable, sin llegar a tener una certeza absoluta de ello …Digo que, si las religiones necesitan de la fe, porque hay mucho de lo que se afirma sin que existan pruebas “personales”,  y tal vez no haya ninguna prueba “para confiar” (o creer), hay otras cosas en las que creemos, y aunque no hayamos percibido personalmente las pruebas, estas existen siendo  avaladas por individuos o instituciones “creíbles” o “de confianza” …

Entonces, creemos en algo que no percibimos, sino que nos guiamos para hacerlo, de alguien que nos resulta confiable por “X” razones…

No nos “consta personalmente” que exista vida fuera de nuestro planeta y, sin embargo, la ciencia está investigando y aparentemente tiene pistas de su existencia en Marte y también en la Luna. Creemos que probablemente haya vida fuera de la Tierra, por lo menos en dos cuerpos celestes, que son objeto de estudios especializados. Pero… ¿Y vida inteligente? Si convenimos que la inteligencia es La

facultad de la mente que permite aprender, entender, razonar, tomar decisiones y formarse una idea determinada de la realidady creemos que podría haber vida en otros planetas o cuerpos estelares en el universo y que parte de esta vida es inteligente como lo es la especie humana en la Tierra (según los astrónomos y la ciencia, “una mota de polvo en el Cosmos”), ¿por qué no creer en vida inteligente extraterrestre? ¿No va siendo tiempo que nos planteemos la pregunta? ¿Y si todo aquello relacionado con los OVNIS o UFOS, que afirman haber visto miles de personas, fuese cierto y no (como parecen admitirlo ya, en un consenso cada vez más amplio) “objetos” no producidos en la Tierra…?

¿Qué pasaría si…? es una buena pregunta para pensar, con la mente abierta, tratando de que no se interpongan prejuicios, dogmas o “creencias”. Digo, como se dice cada vez a menudo, que es muy “autosuficiente” pensar que somos los únicos en este inmenso y desconocido “vecindario” …

Imagen: https://www.radioactiva.cl

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TONES PARA LOS PREGUNTONES


¿Por qué a los pellejitos” , que se producen en los bordes de las uñas de las manos, se les llama “padrastros” …  ¿Y por qué no “madrastras” …? ¿Será tal vez que los padrastros son peores que las madrastras? ¿Por qué entonces, en los cuentos e historias, las “malas” son las madrastras y los padrastros ni aparecen…?

Como diría un “guachimán” *, “Mayormente desconozco…”

*Guachimán”: vigilante.  Creo que es un peruanismo, que probablemente proviene del término inglés “watch man”.

Imagen: http://www.publimetro.cl

ANTIPARRAS


Curiosa palabra que es otra forma de llamar a algo tan común y corriente como los anteojos, llamados también espejuelos o lentes…

Recuerdo que la primera vez que tuve conocimiento de su existencia, fue –cuando chico- leyendo algo sobre corredores de autos, haber leído que el piloto, “se ponía las antiparras” y por supuesto no entendí que era lo que el corredor se ponía…

A la hora de almorzar, en la pequeña sobremesa que hacíamos y mientras mi madre tomaba una manzanilla y mi padre un café, le pregunté a él qué cosa eran las antiparras… Me miró –recuerdo hasta ahora su sonrisa- y del bolsillo de la camisa sacó sus anteojos de leer (nunca necesitó usar lentes “para ver de lejos”) y me los enseñó… Supongo que yo pondría cara de desconcierto, porque me dijo: “Son los anteojos, es una palabra para llamarlos, aunque no se use mucho …”.

Supongo que entonces me imaginé a un corredor de autos corto de vista, pero con el tiempo comprendí que las famosas antiparras era lo que se ponían delante de los ojos, para protegerlos del viento, los corredores de autos, que, en esa época, cuando Juan Manuel Fangio ganaba todas las carreras en lo que hoy, elegantemente, se llama un “monoplaza”, usaban y que eran estos anteojos grandes que cubrían los ojos, bien pegados al rostro y se ajustaban a la cabeza con un elástico o algo parecido.

Recuerdo que mi padre, a partir de entonces, me pedía que buscara o le pasara sus “antiparras”, haciéndome el guiño cómplice de quien usa una palabra clave.

Imágenes: Manuel Enrique, riendo.

Juan Manuel Fangio/ motorbit.com

SOLTERITO


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Hay un plato famoso de la cocina arequipeña, que se llama SOLTERITO; sus ingredientes son: habas frescas, choclos,  azúcar, cebolla, queso fresco, aceitunas verdes, tomate, zanahoria, lechuga, rocoto, además de una cucharadita de anís, aceite, vinagre, sal, pimienta y perejil picado…

 

El solterito es muy popular y no hay picantería arequipeña que no lo ofrezca con verdadero orgullo, pero lo que me intrigó siempre es el nombre que tiene el plato y si miramos los ingredientes veremos que no hay carne de ningún tipo…; digo ¿no será que se le llama así por una broma misógina y vulgarona sobre la falta de “carne” para los solteros?

 

Imagen: quericavida.com

 

 

PREGUNTA. ES LA MEJOR MANERA DE SABER.


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Hay quienes tienen miedo, vergüenza o se sienten dueños del conocimiento y no preguntan, lo que resulta tremendo porque se equivocan permanecen con la duda y en publicidad esto es peor, porque el publicitario tiene que transmitir lo que sabe… y si no lo sabe ¿qué transmitirá?

Quedarse con la duda o dudas y no preguntar a tiempo, puede hacer caer por la base toda la comunicación aunque sea brillante y atractiva; recordemos siempre que la base del negocio publicitario es la información y que la creatividad no puede hacer absolutamente nada si no está sustentada en datos fehacientes en los que el consumidor confiará.

Porque se maneja material informativo relevante, no puede ser parcial ni es dable que existan “huecos” en él; de nada sirve algo incompleto porque a lo que va a llevar es a equivocarse y trasladar este error al sector del consumidor, donde se multiplicará.

Es muy sencillo preguntar por qué y reconocer que no se sabe algo porque los publicitarios tratan sobre tantos y tan variados temas que su conocimiento, en casos específicos, puede ser nulo o lo que es peor: incompleto, defectuoso o sesgado.

Preguntar no “te va a hacer menos”, antes bien, aumentará tu conocimiento y con ‘el, tu capacidad profesional; recuerda siempre que nadie comunica aquello que desconoce.

 

Publicado en codigo.pe 26.8.2019