«TIFIPICADO»


He escuchado al conductor de un programa que se emite por numerosas plataformas informativas a todo el Perú, repetir muchas veces la palabra que es motivo de este título y creo que, si bien es un error y “a más inri”, repetido, lo preocupante es que se insiste en algo, que está mal y “para peor”, lo hace quien hoy se llama “un influencer”, palabra que cuya traducción al castellano –en un modo bastante libre, general y sonoro, por cierto- borra cualquier duda: “influenciador” …

No es que sea algo “muy horrible”, pero aprovecho este pequeño suceso, para llamar la atención sobre eso que muchas veces pasamos por alto, pero que parece estarse convirtiendo en algo cotidiano para los locutores de programas o noticieros, y es un mal uso del idioma, lo que revela falta de información sobre su elemento principal de comunicación, que es el lenguaje, y la poca o ninguna preocupación por corregirlo que existe…

Es verdad que los errores al hablar son bastante comunes y que un ex presidente del Perú y un ex alcalde de Lima decían “consuidadanos”, que los “endenantes”, “nádienes”, “nadies” u otras equivocaciones al hablar, sean corrientes en las voces de algunos prominentes políticos, pero esa no es razón para que importe un bledo la manera correcta de hablar, porque se cree que “me entienden”, y menos para quienes lo hacen en público y debieran dar ejemplo de corrección (y diría respeto por los demás) al hablar …

¿Y esto que tiene que ver con la publicidad?

Bueno, es algo digno de notar para que se evite, no suceda,  y no se haga, porque la comunicación publicitaria es comunicación pagada y quien paga, tiene todo el derecho de exigir a cambio, un buen producto en todo sentido; las “equivocaciones” lingüísticas en publicidad, además, se propagan rápida y masivamente lo que las hace peligrosas para la supervivencia de algo tan fundamental, pero lamentablemente también distorsionado, descuidado y vapuleado como el idioma …

Publicado originalmente en el blog «mentemochilera.blogspot.com«

Imagen: https://es.123rf.com

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SOÑAR, IMAGINAR… ¿CREAR?


Uno sueña, deja volar la imaginación, que como decía santa Teresa de Jesús, es “la loca de la casa” y muchas veces se pierde, viaja lejos, llega a lugares y “vive” situaciones que son… ¡Inimaginables!

Soñar, imaginar, pero ¿sería correcto decir “crear”?

Siempre he sabido que la creación es un acto de la voluntad, que involucra a la imaginación y a los sueños, producto de esa maravillosa “máquina” que es nuestro cerebro, a la cual le hacemos tan poco caso y utilizamos “sin pensarlo”; funciona nomás y nos hacer ser lo que somos y permite en nosotros todo eso que se llama vida. Regula “automáticamente” las células, el torrente sanguíneo, la digestión y todas esas “minucias” que componen el cuerpo humano y permite que nos relacionemos, porque ve, oye, huele, toca y habla, pero por sobre todo… ¡piensa!

Y esa maravillosa “máquina” que nos permite PENSAR, es la que nos hacer SER. Sí, somos el cuerpo humano, pero sin el cerebro y sus complejidades infinitas, no somos SERES HUMANOS.

Definitivamente, estas son disquisiciones y temas que tienen profundidad, que son producto del cerebro y casi nunca –o muy pocas veces- reparamos en ellas …

Y se preguntarán ¿por qué este loco escribe sobre tales cosas, en un lugar donde se supone que se trata de comunicación y de publicidad…? Es que la creación, que como ya dije involucra a los sueños, a la imaginación y es un ACTO DE VOLUNTAD, es precisamente la base de la comunicación publicitaria (además de ser la raíz del arte, entendido como literatura, pintura, arquitectura, etc), la que no existiría sin la creación. Y les cuento, que me siento muy orgulloso de ser un creador publicitario (“creativo”, le dicen) dedicado a soñar, imaginar y a eso, a crear o producir ideas con el fin específico de comunicarlas a públicos disímiles y numerosos… Me parece maravilloso (como eso a lo que yo llamo “máquina de pensar”, que es el cerebro) poder hacerlo y haberlo hecho casi todos los días durante más de cincuenta años.

Si me preguntaran, diría que sí, soy un soñador imaginativo, que crea para eso llamado publicidad…

Imagen: manolo pensando

Publicado en «mentemochilera.blogspot.com«

EL QUÉ Y EL CÓMO


En publicidad y en todo, tan importante es el fondo –el “qué”- como lo es la forma o, el “cómo”. Esto que parece algo lógico, no es lo que hacemos siempre, y en publicidad, que es básicamente una manera de COMUNICAR y que debe ser eficiente (además de efectiva) hay que tener muy en cuenta esto…

Nuestro “qué”, debería ser cierto, verdadero. Nuestro “cómo”, que es la manera de presentar ese “qué”, de comunicarlo; hará que la COMUNICACIÓN sea eficiente y efectiva. Que funcione, pues.

Bastante largo, lo anterior, para decir que, en publicidad, la forma es importantísima. Es como el vestido o los adornos que usa una persona, y le dan un ASPECTO agradable, ATRAYENTE. Es el envoltorio hermoso y brillante de un chocolate, que lo hace atractivo y deseable…

Si el “qué” no ofrece dudas, el “cómo” marcará la diferencia entre los innumerables “qué”, similares o existentes y lo resaltará. Por eso, la publicidad presta especial atención a la forma y es aquí donde la creatividad juega un papel central. Esos spots de televisión y avisos que vemos o escuchamos, son los envoltorios, el ropaje y adornos del producto o servicio publicitado y su misión, primero, es llamar la atención, para a renglón seguido convencer, logrando así que el ciclo de la comunicación, que termina en el ENTENDIMIENTO del o los mensajes. Porque –no me cansaré de decirlo- la publicidad NO VENDE, sino que COMUNICA, se cierre.

Venden, los vendedores.

Imagen: abc.es

Publicado en mentemochilera.blogspot.com