EL ARCHIVO MARAVILLOSO


Todos tenemos como propiedad personal un archivo, que solamente puedo tildar de maravilloso, o con algún otro adjetivo positivo y verdaderamente grande …

Se trata de la memoria, la misma que las computadoras y la tecnología tratan de emular, consiguiendo avances inmensos como hace unos años no podríamos imaginar, pero especialmente en lo que se refiere a capacidad.

Nuestra memoria, nuestro archivo, tiene una capacidad que en verdad no llegamos, creo, a conocer … Antes se decía que “los elefantes nunca olvidan” y que, si un hombre tiene una gran memoria, esta es “memoria de elefante” …

Es un misterio como el cerebro almacena en la memoria, las “fichas” de ese archivo que se va juntando y que tal vez se olvide por un tiempo, pero está ahí, guardado y hay cierto mecanismo, que es propulsado generalmente por lo que perciben los sentidos y que produce lo que se llama un “recuerdo”, que no sería otra cosa que la ubicación y “desempolvamiento” de una ficha del archivo, que muchas veces encadena otras fichas o recuerdos más …

Ahora bien, ¿esto qué tiene que ver con la publicidad? Es sencillo y complejo a la vez, porque la publicidad es percibida por el cerebro y aquí se pone en actividad aquello que, por más que nos lo expliquen no llegamos a entender bien… Son reacciones químicas y eléctricas que se producen en ese que es el órgano más importante del ser humano: El cerebro. Se “pone en marcha” (es un decir, porque el cerebro no descansa) y pensamos. Aquí interviene de todo y entre mucho, la memoria, produciendo recuerdos. Esos recuerdos que afloran cuando la publicidad “da en el blanco” y nos hacen actuar de manera determinada …

Perdonen si no he sido muy claro, pero quería enfatizar el uso de los recuerdos, “dormidos” en la memoria por la publicidad, para lograr su cometido. Ahí creo que está la clave de las historias, tan poderosas y que parecen haberse dejado de utilizar …

A veces parece cosa de magia y yo me siento aún después de más de cincuenta años de publicista, como un aprendiz de mago … ¡Es que uno nunca termina de aprender°!

Imagen: https://www.alamy.es

Publicado originalmente en el blog «mentemochilera.blogspot.com«

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LAS MEMORIAS


Según dicen lo que saben, el ser humano tiene dos tipos de memoria, una, que es inmediata y otra, mediata. O sea, una instantánea, que sirve para acordarse de lo que acaba de suceder y la otra (a la que yo –y estoy seguro muchos- llamamos “recuerdos”) que es la mediata. Generalmente, la palabra memoria se asocia de inmediato a recuerdos, lo que supongo es correcto. Pero cuando alguien escribe sus “Memorias”, se está refiriendo, específicamente, a temas de la memoria mediata. Esa que aflora con la edad …

Le memoria inmediata suele recorrer el camino inverso, pues mientras uno envejece, esta se va debilitando, hasta llegar a perderse. Es típico, para una persona mayor no recordar donde están los anteojos que puso en el bolsillo o el sitio donde está el llavero con las llaves de casa (y peor, si es urgente hallarlas). Sin embargo, momentos de su niñez o juventud, suelen recordarse nítidos. Curiosamente, el olfato y el gusto son una especie de “gatilladores” de esta memoria que “resucita” imágenes guardadas en ese maravilloso archivo que –entre otras muchísimas funciones- nos provee el cerebro …

No es este un tratado de la memoria, sino que a raíz de una conversación telefónica con mi buen amigo Lucho, el tema de las “memorias” surgió y de inmediato ante uno o dos nombres mi “máquina de recordar” empezó a rebuscar en el archivo mental y saltaron imágenes, palabras y, por supuesto, los correspondientes vacíos (“no me acuerdo de su nombre, pero lo estoy “viendo…”). Mi memoria mediata estaba funcionando y sin embargo, si no miro por casualidad el pastillero que está sobre mi escritorio y lo abro, no me iba a dar cuenta que olvidé tomas la pastilla que me toca con el almuerzo …

Tal vez, por eso prefiero escribir sobre mis recuerdos. Además, en algún lado leí (no recuerdo dónde) que uno “embellece” un poco los recuerdos, más, mientras más lejanos sean …

Imagen: http://educacion.editorialaces.com

MELODÍA INMORTAL


Es el título de una película con Tyrone Power y Kim Novak, que de pronto me viene a la mente y me veo, de unos nueve o diez años, en el cine “Zenith” de Barranco – el que tenía las localidades de “lateral”, “platea” y “galería”-, sentado con mi madre, listos para ver esa película, que trata sobre la vida del pianista Eddie Duchin…

Paso las páginas mentales de un álbum de fotografías, mientras escucho interpretar al piano melodías de Beethoven, Chopin, Mozart y varios cásicos más y allí está Tony, mi madre, tocando concentrada el piano en el gran salón de la vieja casa de la calle Santo Domingo, en Arequipa…

Mi madre que aprendió a tocar el piano y no la guitarra, como alguna vez me lo dijera, con pesar, porque con la vida casi de trashumante que llevó, acompañando a mi padre, ingeniero de caminos, viajando por los más disímiles pueblos y ciudades del Perú, no podía llevar con ella algo tan voluminoso como un piano; quizás por eso, su instrumento era el tarareo y escuchaba tanta música, música que me enseñó a gustar desde pequeño…

Escribo esto, sabiendo que ya lo conté antes, pero tuve ganas de compartirlo nuevamente, porque la música del piano hizo que las páginas de mi álbum de fotografías mental, fueran pasando despacito y reviviera esos instantes que forman parte del tejido de mi vida y que fueron posibles, como yo mismo, por Tony; también y muy principalmente, porque un día como hoy era su cumpleaños. Nació el 26 de junio de 1911…

Ella puso en esta vida mía: La música de su sonrisa, la de su tararear, la de sus ojos marrón claro -en los que como lo dije en algún otro lugar, en su color, conocí a mi abuelo Francisco-, ella puso la música que escuchábamos juntos y que cuando yo le decía, medio aburrido, “No entiendo, mamy…”, ella sonreía para responderme que la música había que sentirla…

Por eso el título de este post… Es que la música, que me recuerda a mi madre, es inmortal, como quisiera que fuera su recuerdo mismo, aunque un día terminen para mí las notas musicales del concierto…

Imagen: freepik

ROCHABUS


De entrada, para los que desconozcan la palabra que se inventó en el Perú y dejó de usarse como tal hace mucho tiempo, diré que es el carro rompe-manifestaciones que usa la policía y echa chorros de agua a presión sobre los manifestantes para dispersarlos. Lo trajo el señor Temístocles Rocha, Ministro de Gobierno (de lo que era el Ministerio de Gobierno y Policía, hoy, Ministerio del Interior) del gobierno del general Manuel Arturo Odría.

El “Rochabus” (que llevaba pues el nombre de un personaje político, fruto del ingenioso humor nacional, tal vez fuera bautizado así por el gran humorista peruano Luis Felipe Angell – “Sofocleto”- “Rochabus” fue también un semanario satírico, evidentemente político, que costaba 2 soles) se hizo especialmente famoso por propinar el “célebre” “manguerazo”, que recibió el entonces candidato presidencial, Arq. Fernando Belaunde Terry*, al cual el Jurado Nacional de Elecciones había negado en forma mañosa su inscripción. Empapado y llevado en hombros por una multitud de manifestantes que lo apoyaba, FBT logró que se reconociera su inscripción, aunque en las elecciones inmediatas perdió, porque ya Odría había conseguido que pactara el MDP (Movimiento Democrático Pradista, después cambiado por un conveniente “Peruano”) y el hasta entonces proscrito y perseguido por el mismo Manuel A. Odría, APRA, alianza que ganó, llevando a Manuel Prado Ugarteche a la presidencia, asegurando la impunidad de Odría y la legalización del APRA

Esta es un poco la “historia” que rodea al “Rochabus” y que estoy seguro tiene otras mil anécdotas más. Es el que en Chile se llamó posteriormente “Pinochito”, porque lo usaba la policía del gobierno de Augusto Pinochet – curiosamente, un general del ejército también- y también es curioso que aquí, en el Perú se llame ahora de ese modo, aunque lo último que supe era que arrojaba agua coloreada para dispersar y teñir a los manifestantes, pero ya no sé si continúe en uso.

Sé que esto que he escrito es algo localista, porque concierne al Perú, a sus avatares y posiblemente a quienes me lean sin ser peruanos, no les interese mucho, pero el “Rochabus” es un pedacito de la historia de este país, que tan complicado políticamente anda, como siempre, con el agravante del Covid 19.

*Fernando Belaunde Terry, FBT, fue después presidente del Perú (1963– 1968) y derrocado por un golpe militar. El pueblo peruano lo reivindicó y volvió a elegirlo como presidente (1980 – 1985).

Imagen: historiaymarcas.wordpress.com