
Pensando, no solamente me siento así, sino que soy eso. Un punto dentro del cuadro gigantesco de la Tierra …
Sin embargo, un dolor a la pierna, la preocupación por el dinero que falta, el frío que hace por las tardes y las noches, el encontrar sobre lo qué escribir, aparecen como “problemas” personales, que creo son importantes para mí y tal vez para alguien cercano …
Sin embargo, basta con salir un instante de esa “burbuja” individual, para darse cuenta que la realidad no se soluciona con un analgésico, algo de dinero o con un cambio positivo en el clima ….
La guerra en Ucrania, el hambre en muchos países de África, el caos descendente en que vive el Perú, el mortal cambio climático, la pandemia y sus millones de muertos … Es esa realidad “macro”, grande, inmensa, que está alrededor de mi burbuja personal, convirtiéndola en nada y haciéndome ver que mis “preocupaciones” son verdaderas naderías y no es que me consuele porque “otros” están en peores condiciones, sino que me doy cuenta que muchas personas en el mundo, son como yo: granos de arena, gotas de agua, átomos vagabundos en medio del Universo …
Y pienso que mi egoísmo hace que solamente centre la mirada e interés en mí, lo que impide ver o percibir aquello que sucede a mi alrededor y que es verdaderamente importante; mucho más que un dolor de pierna o la preocupación por el tema del siguiente texto, porque de pronto ya no habrá más: ni más dolores, preocupaciones, ni más nada …
Lo importante es lo que sucede alrededor: el agua que moja los granos de arena de la playa, el mar que está formado por miríadas de gotas de agua, en el que la vida va nadando rápida o perezosamente, se reproduce y crece, que moja los granos de arena de la playa …
Hay que decidirse a mirar. A sabiendas que somos gota de agua o granito de arena; tratar de olvidarnos por un momento de nosotros mismos y asomarnos al exterior de la burbuja cómoda, para ver que estamos en el mar o en la playa, de una realidad que hemos ignorado por tanto tiempo. Casi diría, que desde siempre …
Muy cierto!!
Saberse «nada» es lo que ayuda, creo, a intentarlo todo. ¡Abrazo! 🙂 🙂