LA RULETA RUSA


Es un juego, sabemos, que consiste en poner una sola bala en el tambor de un revólver, hacerlo girar, apuntarse a la sien, jalar el martillo y oprimir el gatillo. El sonido puede ser “¡click!” o consistir en un estruendo que sea lo último que escuchamos … (o no, ya no importa); luego del aterrado suspiro de alivio, se vuelve a hacer girar el tambor y se pasa el revólver al siguiente “jugador”, repitiéndose el ciclo, hasta que…

Se juega con la muerte y es el azar o algo llamado “destino” quien interviene. Algunos lo llaman “suerte”, que puede ser buena o mala … La rima entre “suerte y “muerte” es tremenda …

Rusia está jugando a la ruleta (“rusa”, por supuesto) con el mundo, solamente que la “bala” es una bomba atómica -un ataque nuclear, vamos- que provocará tal muerte y devastación general, que probablemente no quede nadie para contarlo …

Esta es la “última opción” de Rusia, que amenaza con ella para ganar una guerra expansionista –en el mejor estilo de la vieja Rusia imperial- que se niega a llamar guerra y en la que parece estar sufriendo reveses que no esperaba …

No se trata aquí del antiguo “comunismo vs capitalismo”, sino de un capitalismo del peor estilo, manejado por una o más mafias delincuenciales, que quieren hegemonía y no dudan en aplastar a quien se ponga delante. El caso de Rusia y Ucrania, parece el enfrentamiento de un Goliat enorme y poderoso, contra un David, armado con una honda: balas, bombas y tanques, contra piedras …

Y entonces el mundo se “divide”- en una división que en realidad es histórica- entre Oriente y Occidente, por aquello que también es histórico: la economía, el dinero, tal vez con algún disfraz ideológico, pero en realidad, por la lucha por dominarlo todo… ¡a cualquier costo!

Y la ruleta rusa hace que el tambor gire, suene un “¡click!” y todos respiremos, porque la muerte total, que está dando vueltas, se demora un poco, ofreciendo la oportunidad de seguir respirando. ¿Hasta cuándo? No quiero imaginarlo, pero de pronto no alcanzo a terminar esto que escribo, ni ustedes a leerlo …

Imagen: https://ventacompetitiva.com

Anuncio publicitario

LAS PAREDES DEL CASTILLO


Se caen las paredes… Se derrumba el castillo …

O no es que se derrumba, sino que como está construido de viento, vuela por los aires. También puede que sea un castillo de naipes, que se desarma y cae en desorden, porque no tiene base y las paredes son los naipes que primero cayeron…

¿Y si fuese un castillo de arena…?

Recuerdo parte de un verso de José Zorrilla:

“… castillo sin torres, ni almenas ni puente, por cuyos salones, en vez de tu gente, reptiles arrastran su piel amarilla…”

Imagen: https://es.dreamstime.com

CADA COSA EN SU LUGAR


“Porque hay un lugar para cada cosa…”, pensaba, a la vez que iba recogiendo todo lo que hallaba tirado, para después encontrarle un sitio y sentirse como siempre que lo hacía, un hombre metódico, ordenado y dar gracias por ser así y no como esa gente que lo bota todo, transmitiendo su desorden al paisaje y cree que eso es libertad …

No soportaba la impuntualidad y era un severo seguidor de las reglas, que, decía, permiten la libertad y el orden; para los demás era un maniático fastidioso y trataban de evitarle…

Lo más sencillo era cambiarse de vereda si se encontraban en la misma calle, “Ahí viene el insufrible” comentaban y desviaban el rumbo …

Vivió siempre así, exacto e intolerante, pero curiosa e inmensamente feliz. Solía decir: “Cuando muera, yo también tendré mi lugar…”, pensando en un cielo perfecto, mientras quienes le oían, pensaban, sonriendo con malicia: “Sí, tendrás tu lugar en el cementerio…”

Imagen: https://es.dreamstime.com

EL BOLSO DE TERCIOPELO


Estaba todo quieto y el sol bajaba en el cielo, esa tarde de noviembre; en la estación del tren no había nadie, salvo una mujer con bolso de terciopelo y zapatos de tacón alto.

Discretamente maquillada, con un collar de perlas al cuello, el viento la despeinaba, haciendo que el cabello castaño se alborotara y le golpeara el rostro; ella, impasible, se pasaba a ratos la mano por su cabellera como si quisiera acomodarla. Consultaba su reloj de muñeca y miraba, siguiendo las dos líneas de rieles, que paralelas, mientras se perdían en la lejanía y se unían para convertirse en un punto borroso …

Espera al que no vendrá, sin embargo, ella va a volver todas las tardes, con su bolso de terciopelo, sus zapatos de tacón alto, el collar de perlas, discretamente maquillada y con una idea fija.

En el bolso de terciopelo tiene el pequeño revólver niquelado, para matarlo, por haberse ido, ahora que regrese.

Imagen: https://es.made-in-china.com

VALORARSE


A veces uno no se siente a la altura de las circunstancias y no acomete la tarea; se siente “menos” y no se cree capaz de hacer algo. Puede que no lo diga abiertamente, pero en lo íntimo de sí mismo está pensando en que no puede.

Otras, un exceso de auto confianza lo hace creer que lo puede todo y que el trabajo que le encargaron lo hace “con las manos amarradas” de lo sencillo que le parece.

Son dos extremos en los que no se debe caer nunca; la valoración de uno mismo tiene que ser justa, sin excesos: ni tanto, ni tan poco. Y es que tenemos que aprender a valorarnos, sabiendo hasta donde, con nuestros conocimientos y experiencia, es posible llegar.

Valorarnos a nosotros en una justa medida nos dará confianza permitirá encarar el trabajo; de paso, esta es una actitud que nos ayudará siempre en la vida. Conocernos, saber nuestros alcances y límites no es cosa fácil y se requiere de un aprendizaje basado en errores y en aciertos.

Corregir los errores significa admitir que uno no lo puede todo y los aciertos no tendrían que ser celebrados de tal forma que uno se duerma sobre sus laureles; tenemos al frente a una audiencia que está esperando que digamos algo y a la que no le podemos fallar.
El publicitario, vuelvo a decir lo que ya mencioné una vez anterior, si no está atento, publicará sus errores y lo que es peor, con ellos causará enorme daño.

Ni supra valorarse ni infravalorarse: valorarse nomás.

*Artículo originalmente publicado en “CÓDIGO” 29 agosto, 2017. / Re-publicado en “mentemochilera.blogspot.com

Imagen: https://www.freepik.es

EN PELIGRO…


Los sucesos en el Perú, el desgobierno,  la ineptitud largamente demostrada, los sucesivos cambios de ministros varios y la aparente rapacidad imperante que sume al país en un estado de zozobra que se agudiza con los problemas económicos, de salud poblacional y los efectos de una guerra que no por lejana deja de hacer sentir su efectos, configuran una situación en la que muchos esperarían un líder fuerte, que “ajuste”, pero que a cambio de su decisión de “arreglar las cosas” inicie un gobierno autoritario, tal vez despótico, que –repito- será no solamente tolerado, sino bienvenido …

El Perú está en peligro, porque ante la descomposición reinante, se corre el riesgo de caer en las redes de alguien que sea lo que se llama un “ultra”, de izquierda o derecha –nunca de “centro” … Y es que equilibrar los platos de la balanza no es sencillo, pues generalmente uno pesa – aunque sea un poco- más que el otro; es decir que “la balanza se inclina hacia un lado. Lo ideal es que el “fiel” de la balanza quedara al medio -al CENTRO- equilibrando ambos platos …

En la vida real esto es “casi” imposible, pero es a lo que debería tenderse y habría que lograr. Tal vez sea una utopía eso del “equilibrio perfecto”, sin embargo, creo que cuanto más equilibrio haya (aunque exista un ligero “desbalance”) menor será el peligro que se afronte y mayores las posibilidades de merecernos el nombre de Nación.

Imagen: https://stock.adobe.com