LLUVIA


Cada vez que llovía, corría como desesperado buscando un techo para guarecerse, esperaba a que pasara la lluvia y bastante después, sacaba la cabeza por una ventana o se asomaba a la puerta, oliendo el ambiente. Siempre era un olor fresco el que recibía…, “huele a tierra mojada” decía y salía para seguir con su vida.

El asunto tenía su origen a que un día en el que llovía a cántaros, oyó decir a su abuelo: ¡El cielo abrió sus esfínteres…!” y desde entonces, siempre creyó que era orina lo que llovía y como nadie iba a querer que lo mearan, a él tampoco le gustaba, pues …

Imagen: https://sp.depositphotos.com

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Publicado por

manoloprofe

Comunicador y publicista desde 1969. Profesor universitario desde 1985. Analista y comunicador político desde 1990.