Hoy, 26 de junio, es el día del cumpleaños de Tony, mi madre y los recuerdos tienen el calor del hogar. Están en bata y zapatillas de levantarse. Cómodos. Cálidos. Llenos de ese cariño que siempre he tenido para con ella.

Tony…
Qué de momentos músicos vienen a mi memoria, qué maravilla sentarme a tus pies y dejar que Chopin nos bañara en su Claro de Luna para escucharte contar lo que sentías al teclear en el piano, en el salón grande en la casa de Santo Domingo, en Arequipa …
Tony…
Pídeme, como siempre, que te despierte de tu siesta, porque estaré esperando que cuentes de tus viajes, acompañando a Manuel Enrique -mi papy-, el constructor de carreteras, por un Perú que conocí a través de tus palabras y me hacía soñar con las montañas, con paisajes hermosos, con árboles, con ferias pueblerinas coloridas y con el casco de ingeniero que dormía en el ropero de tu cuarto …
Tony…
Puedo aspirar el aroma del queque de naranja, horneándose para el lonche que tomaremos juntos y donde tu té de rigor y mi vaso de leche, coronarán una tarde cualquiera, porque nuestro cariño ocupa todo el espacio, en ese tiempo que solamente existe en el reloj cucú de la salita chica …
Tony…
¡Cuántos recuerdos hoy…, cuántos recuerdos…!
Demás está decirte que te extraño y que siempre que creo escuchar tu voz diciéndome “Manolo …”, volteo y me doy cuenta que es la imaginación, que estoy pensando en ti, que vuelven esos tiempos felices del queque de naranja, lonches interminables, música de Chopin y tantas, tantas cosas que pusiste en mi vida y extraño cada día …
Tony…
¿Sabes qué…? Aquí tengo una velita imaginaria para poner de adorno cumpleañero en el delicioso queque de naranja, y que vamos a cantarte happy birthday, con mi papy, Teté, Panchín y Lucho … Te pido por favor que les digas a ellos, que yo también los quiero mucho …
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