EN LA ORILLA


Siempre fue un “casi”, un acercarse, un asomar, un mirar a lo lejos y no comprometerse; siempre vivió a la orilla de todo, en una playa propia donde el mar era el resto: las personas, las cosas y hasta los paisajes …

Nunca participaba en nada, no tenía aficiones ni vicios y le importaba poco que luciera el sol, lloviera, fuera de noche, de tarde o de día; las horas no existían y el tiempo para él, era una cinta sin fin, que se proyectaba hasta perderse entre las estrellas…

Hasta que un día, el mar mojó su orilla y –suavemente primero- luego con fuerza turbulenta, lo arrastró hasta la vida y todo se convirtió en certezas, compromisos, promesas que no podría cumplir, y lo ahogó en una realidad viscosa, para dejar desierta la orilla de su playa, donde el mar moría a cada instante…

Imagen: https://rolisas.es

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