Todo era negro, pero con una extraña profundidad y suspendidas, aparecían luces de diferentes tamaños que brillaban, titilando, como haciendo guiños …
Miraba fascinado el espectáculo, con el asombro de quien ha escuchado sobre él, pero lo ve con sus propios ojos por primera vez …
Absorto en la contemplación de ese infinito oscuro, se sobresaltó con la voz que le decía: “Hermoso, ¿verdad? Disfruta, porque te queda un minuto de eso que ustedes llaman tiempo…”. Era una voz que parecía venir de todas partes y de ninguna …
El robot mentalista silenció su mente, esperando lo que eran sesenta segundos, apretó el botón y hubo un fogonazo, un destello, que por un instante lo invadió todo. El negro profundo recobró su presencia, con las luces brillantes de diferentes tamaños que hacían guiños.
La nave de la Patrulla Espacial, piloteada por el robot mentalista, siguió su recorrido …
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