
Manuel Jiménez Sologuren, mi amigo, el artista, el que cantaba, el músico, el creativo publicitario, el diseñador gráfico, el videasta, el hombre de múltiples talentos, ha partido adelantándose, para hacernos un lugar en el Barrio Eterno. No dudo que será un sitiecito con buena vista y unas sillas cómodas donde nos sentaremos a charlar cuando vayamos llegando y lo acompañemos…
Seguramente hablaremos de pintura, de literatura, de música y de naderías, nos reiremos y ojalá que haya algo de whiskicito para acompañar, porque de seguro recordaremos las remojadas charlas post almuerzo, que teníamos en “La Calesa”, con él, Julio y Alfredo, donde Sammy ponía el “líquido elemento” y su reservada sonrisa, atenta, cómplice…
Con Manuel, además de unirnos el nombre, compartimos la misma profesión de creativo publicitario (aunque él “renegaba” de serlo): Manuel como eximio dibujante y yo como entusiasta tundeteclas; compartimos también el gusto por la pintura – en la que yo soy un perfecto lego- por la música y el teatro… Pero lo más importante es que compartimos la amistad. Esa, que no necesita de muchas palabras, porque está hecha de silencios largos y recuerdos comunes…
Chau, Manuel, por si acaso, te llevo un lápiz “chato” para que dibujes maravillosamente, como siempre, porque papel deben tener allí donde estaremos.
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