
Argentina, septiembre de 1873.
Más de trescientas cabezas de ganado pampa forman el rodeo que partió desde una estancia en Guatraché con destino a otra en los Valles Calchaquíes, propiedad de un conocido terrateniente que, entre otros negocios, provee de carne vacuna a los mercados del norte argentino.
La caída de la tarde encuentra a Segundo Tejo, el arriero, y a los seis gauchos que lo acompañan, llegando a la posta y aguada de Santa Rosa de Conlara.
– Me dicen “El Negro Sombra”. Más que un plato de locro y patero tinto no puedo ofrecerles. Si gustan, pueden sentarse.
– Para nosotros está bien. Soy Segundo.
A los arrieros los acompaña media docena de perros que se dan maña para mantener sobre la huella a los baguales; entre ellos, el perro de Segundo, llamado Lobo, por su apariencia similar a su pariente salvaje, y única herencia que le ha…
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