A veces podemos confundirnos infinitamente…
AC

Él siempre firmaba sus cartas de amor con un “ocho echado”, símbolo del infinito, porque quería decir que su amor era inmenso, enorme, inconmensurable, como el universo. Infinito, pues…
Ella no entendía qué era ese dibujito y siempre creyó que era su firma. Nunca le dijo nada y él tampoco se lo aclaró: Terminó por ser un secreto compartido, pero cada uno lo interpretaba a su manera.
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