El blog de una empleada doméstica
En el mismo centro de la Arcadia, lugar que se ha mitificado pero que en realidad era una zona bastante cutre del Peloponeso, había un lago siniestro a cuyas aguas no llegaba la luz. Lo único que en aquellas aguas se reflejaba era un amasijo de plumas y picos y un devenir de alas en movimiento. Nada se escuchaba allí, salvo graznidos.
El lago se llamaba Estínfalo y estaba habitado por tal cantidad de pájaros que tapaban el azul del cielo. Las aves del Estínfalo, de gran tamaño, tenían picos, alas y garras de bronce y con esas armas mataban. Todo en ellas estaba hecho para la destrucción, sus excrementos venenosos arruinaban los cultivos, y como eran carnívoras , atacaban al ganado y a la población, devorando tanto animales como humanos, sin hacer distingos.
Aquello era insostenible y no se podía aguantar. Para solucionar la situación los del Olimpo anunciaron…
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