
Creo que hay que diferenciar entre mirar y ver, así como oír y escuchar…
Los animales (por lo menos la mayoría de ellos) oyen y miran.
El ser humano escucha y ve, cuando aplica esa maravillosa característica de su cerebro que es la inteligencia.
Mucho se discute sobre la “inteligencia animal” y nosotros los seres humanos somos mamíferos, animales verdaderamente inteligentes.
No voy a entrar en disquisiciones sobre la inteligencia, sino que busco diferenciar a los que escuchan y ven de aquellos que solamente miran y oyen. Pienso que la diferencia está en la inteligencia, con lo que el grupo de mirones/oyentes, queda en la categoría de animales, nomás.
Ver y escuchar requiere voluntad, caso en el que creo, interviene la inteligencia, eso que nos diferencia sustancialmente de los demás parientes zoológicos. Lo digo, porque últimamente somos testigos de la falta de esa diferencia en un grupo de seres humanos, que, como las moscas, se estrellan repetidas veces contra un vidrio porque “miran” a través de este y “creen” que no existe; este “vidrio” que es la realidad y no solamente no ven, sino que no escuchan, pues solamente oyen palabras y gritos, sin interpretarlos. Sin aplicar su inteligencia.
La diferencia, digo, es la inteligencia.
Imagen: http://www.lancelotdigital.com
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