EL GATO DE OJOS COLOR SILLÓN


La fotografía, tomada por Alicia María, no tiene ningún retoque, no ha sido manipulada, “photoshopeada” ni se han utilizado filtros físicos o electrónicos. Es una “instantánea de celular” pura y dura. Aclaro esto porque en una época donde el manoseo o “embellecimiento” de las imágenes es la norma para decir “¡Qué gran fotógrafo soy!”, esta captura de un instante me parece hermosa, curiosa, “posteable” y por lo tanto, compartible.

Chimi, el gato, que ha crecido mucho, transformándose de una ser pelusa negra a la miniatura de una pantera con el pelaje lustroso; juguetona, movediza y terca, estaba aposentada, como solamente un gato suele estarlo, en el sillón tapizado con tela amarilla, de la sala. Miró a la “fotógrafa”, que estaba revisando su teléfono celular y esta, sin opción siquiera de oprimir botón del flash, la enfocó e hizo “¡Click!”, un milisegundo antes de que Chimi saltara al suelo.

Buscó la toma y ahí estaba el gato, mirando a la lente de la cámara del teléfono celular, con los ojos exactamente del mismo color que el tapiz del sillón.

Ahora, mientras escribía esto, me levanté un instante porque tocaban el timbre y al volver… ¡la silla estaba ocupada! Por supuesto por Chimi, que parecía adivinar que contaba sus secretos, o iba a divulgar “su” momento y no quería que siguiera… Costó que se bajara, para yo poder retomar el hilo de este post.

Bueno, Chimi, con tu permiso…

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