SILENCIO


Todo ha callado.  El silencio es tan real que podría cortarse con una tijera, como si fuera una tela.

Una tela tremendamente gruesa y que no deja pasar ningún sonido, que es como la oscuridad impenetrable de una noche cerrada y sin estrellas, en medio del desierto.

Lo único que no queda en silencio es la conciencia, que tozudamente deja escuchar su voz, primero tímida y que luego se va elevando hasta llenar el espacio.

No sirve de nada taparse las orejas o pensar en otra cosa, porque el silencio está roto, los ojos se abren y se cierran, pero lo que es casi un grito está por todas partes.

Entonces, solamente un ruido seco, último, puede hacer que el silencio regrese: “¡BANG!”.

Imagen: theconsciousprocess.wordpress.com

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