TIEMPO


TIEMPO

Primero les quitó las pilas a sus tres relojes pulsera y luego hizo lo mismo con el que estaba sobre la mesa donde trabajaba; en la cocina puso en «00» el reloj del horno de microondas, quitó del enchufe el despertador eléctrico de su cuarto y en el comedor le puso una toalla gruesa encima al viejo y fiel reloj cucu…

Cerró las cortinas oscureciendo la casa y encendió la lamparita de la mesa de noche en su habitación.

Hecho todo esto se puso pijama y metiéndose en la cama, apagó la lámpara que había encendido y se dispuso a dormir, satisfecho, diciéndose con una sonrisa: «Me cago en el tiempo!».

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Fabulando la fábula.


Escorpión quería cruzar el río y divisó a Sapo que se asoleaba inmóvil sobre una piedra; acercándose le dijo muy Cortés : «Disculpe señor sapo… Usted que flota y nada, me haría el favor de ayudarme a cruzar el río hasta la otra orilla? Me trepo sobre su Lomo y pasamos…»
El sapo, inmóvil no daba muestras de oír y el escorpión pensó que era sordo y primero levantó la voz, para luego de un silencio incómodo, gritar su pedido…
El sapo no se movía y ni siquiera abría los ojos.» Estará muerto…?» pensó el escorpión y refunfuñando se fue a ver si otro sapo picaba el anzuelo de la cortesía…
Ell sapo abrió un ojo, lo vio irse y se dijo : «Felizmente leí la fábula… Qué sapo soy!»
Moraleja:»Leer salva vidas».

La difícil dificultad


Que conste que trato y aquí estoy, en el blog. Más cortito que antes, sin foto o dibujito, con algunos errores y sin – a veces– acentos esenciales, pero ayer estuve tratando de usar correctamente la laptop de mi hija y la primera y dura dificultad fue la ausencia de mouse, porque hace como veinte años que no uso una y el cuadradito táctil que lo reemplaza, más mi harto poca habilidad con las manos y poca vista (cortesía de los ACV’s); hicieron que de una vez y horas después de batallar, decidiera rendirme por el momento, pero «no entregar la plaza» y seguir después, porque persistente, terco soy.

O sea que esto lo escribo desde el celular, su pequeña pantalla táctil, el corrector que corrige cuando no debe y no cuando sí (debe ser porque es chino el aparatito telefónico), a lo que sumo mis propias inhabilidades – las naturales y las que ocurrieron-… El resultado es este post medio llorón, que no dice nada, salvo que prometo seguir dándole, porque aunque el no salir de casa para mí no es nuevo, la encerrada que el virus coronado está produciendo para como mil millones de personas, hace que me solidarice y me sienta como canario en jaula.

Termino aquí por hoy, disculpándome por no contar ficciones o algo interesante…

Manolo

Todo muda…


Escribo desde el celular porque mi compu se quedó en casa ayer que nos mudamos con Alicia, por no estar solos y lejanos, a  la casa de nuestra hija Alicia María y mientras me organizo y comprendo bien el uso la laptop de mi hija, dejaré de escribir por unos días, salvo alguna emergencia mayor con o sin corona…

Lo que pasa es que con esta pantalla táctil celulitica (con acento en la primera»i», maldito corrector) se me hace un berenjenal escribir…

Que todos estén bien y arriba ese ánimo que un coso sin cerebro ni cabeza donde sostener la corona, no nos puede ni podrá…

Abrazo electrónico y virtual, no contagioso,

Manolo.