El dolor estaba ahí, casi en el centro del pecho, un poco hacia la izquierda.
Le dijo a su esposa, señalando con las manos, que le dolía. Ella, distraída con la telenovela, ni miró y al rato contestó: “Debes tener el famoso dolor de corazón. Sería bueno que hagas un acto de contrición por lo que me dijiste y ojalá que tengas propósito de enmienda…”
Él se murió nomás de un infarto y como había caminado hasta la habitación, ella ni se enteró.
Imagen: theanimarevolution.blogspot.com
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