Escribía algo, lo leía, pensaba y arrugaba la hoja; hizo eso varias veces sin darse cuenta que los intervalos eran siempre más cortos hasta que se quedó mirando la hoja en blanco y a la máquina de escribir…: “Necesito una computadora…” pensó, “…lo que pasa es que agarré el miedo a la hoja en blanco” y esa excusa le sirvió para sentirse un escritor en crisis.
Imagen: http://www.cristojuvenil.com.do
Debe estar conectado para enviar un comentario.