LA MISIÓN


LA MISIÓN

 El astronauta, siguiendo las instrucciones que tenía, había bajado de la nave y caminado hasta llegar al borde del cráter para poner allí los paquetes sellados que llevaba en su mochila, dejarlos y regresar a la nave para despegar, alejarse y cuando hubiera salido del radio de atracción del asteroide apretar el botón que lo haría desvanecerse en una nube de polvo que flotaría eternamente.

 

Caminaba desmañadamente cuando algo llamó su atención y vio que dos seres pequeños, se acercaban cautelosos: supo que no podría correr hacia la nave porque sus movimientos eran lentos y el traje presurizado constituía un impedimento adicional.

 

Los seres cambiaron de color del rojo vino a un rosado pálido mientras se acercaban, luego se tornaron blancos y se quedaron quietos: el astronauta, que se había detenido, reinició su marcha pesada hacia la nave y los seres, que ahora eran verdes no hicieron ademán de moverse.

 

No se movieron mientras él, lentamente subía la escalinata, entraba, cerraba la compuerta y encendía el motor que provocaría el despegue; le habían dicho que no había ninguna posibilidad de vida en un mundo de piedra agujereado por cráteres.

 

Ya en órbita, no pudo ver a los seres que ahora eran dorados, acercarse a los paquetes que estaban en el borde del cráter: no se atrevió a apretar el botón y diría que sí, que fue misión cumplida porque pasarían años luz antes que descubrieran que el pedazo de piedra estaba intacto y él…, ya estaría muerto.

 

Imagen: http://www.rtve.es

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