TACUCHI


TACUCHI

La primera vez que oí el término “tacuchi” fue cuando mi hija se refería a una amiga suya que era bastante rellenita, pero no registré mucho el calificativo y me pareció una de esas palabras que los jóvenes de todas las épocas han inventado y usan; cuando la volví a escuchar aplicada a un muchacho, paré la oreja porque el susodicho estaba más bien gordo y me di cuenta –lentito yo- que lo que decía era “está cuchi”…

 

Uno de los nombres que se dan a los cerdos, marranos o chanchos, es el de “cuchi” y también se usa la palabrita para decir que algo está sucio, pero en un tono menor, casi cariñoso (se usa también para significar que algo es bonito); ahora bien, como los chanchos tienen la imagen de andar siempre en el barro y revolcarse en él (lo que hacen en realidad es eso pero para mantener fresca su piel) ensuciándose, el cerdo es un cuchi por chancho y por “sucio” o “cochino” (otro nombre que se le da al animal).

 

El chancho crece y engorda, o sea que un gordo sería alguien por analogía, que está “cuchi”; lo que abreviado y casi críptico resulta en “tacuchi”.

 

Todos los días se aprende algo: “tacuchi” me enseñó que soy lento de entendederas, pero que la curiosidad no me la quita nadie.

 

Imagen: es.pngtree.com

 

 

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