Estaba arrepentido, así se lo dijo al que quisiera oírlo y juró no volver a hacerlo nunca más: el esfuerzo lo había agotado sin que sacara nada que fuera de utilidad y encima tenía ese molesto dolor en el pecho…
Un instante antes de morir fulminado por el infarto, pensó que seguramente ese era el tan mentado “dolor de corazón”.
Imagen: mx.depositphotos.com
Debe estar conectado para enviar un comentario.