Se oyen hoy cantos de sirenas, cornetas tocan anticipando la ruptura. Como mujer en emergencia para alumbrar el hijo tan esperado, se encuentran hoy, cada una de nuestras fronteras, temblando ante el anhelo de libertad que corre por las venas.
El miedo aunque está, hemos decidido abandonarlo; con su fusil apunta y yo no surte efecto, las balas aunque maten no podrán callarnos, porque cuando el amor grita es algo irreversible; y no hay algo que se parezca más al amor, que la libertad.
Las calles hoy se tiñen del tricolor Preciado. Los que dentro de sus límites aún estamos, celebramos la valentía como algo sagrado, como eso que no puede arrancarlo ni aún el más perverso tirano.
La esperanza renace aún en medio del caos, que han dejado ya años de reprensión y letargo, de sufrimiento mudo, de conformismo absurdo, siniestro y hasta vano.
Cuando algo nos mueve realmente…
Ver la entrada original 63 palabras más
Debe estar conectado para enviar un comentario.