Recibí una llamada al teléfono celular desde un número que no tenía registrado y se cortó antes de yo poder decir “¿Aló?”; llamé, dije que acababa de recibir una llamada de ese número y la voz que me respondió, luego de unos segundos de desconcierto, evidentemente cortés (porque no sabía con quién hablaba), me dijo que iba a dejar los libros en la dirección que le había dado… ¡Reconocí la voz del amigo de tantísimos años y con el que ahora nos vemos tan poco…!
“Marcaste mal, hermano, ¡qué gusto de escucharte!” dije y me identifiqué. Ciertamente, él quería llamar a otro Manolo (es que el sobrenombre es bastante común, de tantos que somos los Manueles) y el azar hizo su trabajo; conversamos, nos reímos mucho y él quedó en cumplir la promesa hecha hace más de un año en su última visita, de volver para charlar y tomar un café. “¡Tengo que llevarte mi última novela, para que la leas…, ya estoy por terminar una nueva…! dijo.
Tengo que precisar que nuestra amistad empezó hace muchos años, cuando ambos trabajábamos en publicidad, en diferentes agencias y éramos directores creatios, con la diferencia de que él escribe, dibuja, pinta, ha ganado concursos internacionales de caricatura y yo solamente escribo y dibujé algo allá por mi niñez y adolescencia; él es diez u once años mayor y sigue en la publicidad por su cuenta, creando como siempre, pinta, dibuja, y… ¡escribe novelas! Es casi un obsceno ejemplo para mí, que escribo poquito y sé que nunca podría escribir una novela, que dejé de dibujar (mis compañeros de colegio se acuerdan de mí por los dibujos) y que le agarré el gusto al estilo corto que se usa en la publicidad para escribir, a ser ahorrativo en palabras y rico en imágenes descritas.
Escribir novela, para mí, sería como escalar una montaña agreste y elevada sin más ayuda que la que brindan las manos y los pies; claro que también están el impulso y el deseo de coronar la cima, pero creo que lo que sucede es que soy flojo y miedoso, prefiriendo siempre las amables colinas no muy altas y aunque el paisaje que se vea desde ellas no es tal vez comparable a la vista desde la cima del picacho, pienso que el azar (ese que hizo que hablara con mi amigo) puede impedir, con nubes, la vista imaginada…
Sé que van a decir que soy un conformista y que me quedo a medio camino, pero es que aprendí a disfrutar del mismo y me gustan las colinas: las alturas como que me marean un poco.
Creo que está bien así y como le dije a mi amigo, mientras él escribe novelas, yo escribo solo unas líneas; me respondió que lo importante era escribir.
Después, nos deseamos feliz navidad.
Imagen: http://www.youtube.com
No hay personaje que sobreviva para una novela. 😎
¿Para leerla, para escribirla o para jugar un rol en ella? 🙂 🙂
Es que sus roles acaban en el tercer párrafo, hasta los entierras, ¿Necesitarías un cementerio para una novela? Miauuu.
En lo del cementerio se me adelantó Umberto Eco, con el de Praga… Creo que mis muertos están enterrados en los bordes del camino. 🙂 🙂
Como sea, eres asesino en serie de la literatura, tu experticia es crear personajes que duran un segundo. 🙂 🙂
Eso me hace un experto… Por fin en algo! 💀💀
Deberías darme créditos Manolo, te he convertido en un experto. He descubierto tus habilidades. 🙂
Todo llega…! 🤓😂👍💀❣️
¿Porqué me subestimas? !Es cierto! Te he descubierto, nombrame tu coashing. 🙂 🙂 🙂
No te subestimo, coach mío… El reconocimiento a tu coachismo viene… Ya lo verás… 🤓❣️
Ya veo que tu sentido del humor está ausente. Bromeaba, no quiero ser coachi-descubridora de tus habilidades asesinas. Hagamos un punto y aparte.
Mi humor siempre está de guardia y tu coachingness será reconocida próximamente en forma blogica (con acento en la «o») y los muertos naturales, los asesinatos, cementerios, huesos varios y cadáveres, materia prima de mis divagaciones, seguirán existiendo, muertos claro, pero ahí estarán aguardando. No puedo defraudarlos porque soy su cronista… 😂💀✌️
Eran bromas Manolo, no tengo tales pretenciones. pero seguiré contando tus muertos. Es más haré las estadísticas pasadas, incluyendo causas de muerte.
¡Qué bueno que te intereses como para hacer estadística y pormenorizar causales obituarias….! 🙂 🙂
Sigues sonando molesta. Eso sucede cuando no has dormido bien.
¡Error doble! NO lo estoy y no es molest»A» sino molest»O»… ¡Pero como no lo estoy, solo hay un error.! 🙂 🙂 🙂
Entonces puedo hacer estadìsticas?
¡Claro…! Recordando siempre que un muerto es una historia y un millón de muertos… ¡una estadística! 🙂 🙂
Tienes por lo menos 1 por semana. Puedo publicar Los resultados?
¡Pot supuesto! Es un buen espejo para mirar lo que uno hace…, o comete. 🙂 🙂
Miauuu….. Puedo ocuparme en leer tus muertos y ver las causas de muerte. Hace muchos años no hacía eso. No es sencillo, conversar con un asesino en serie…
Ciertamente… Hablar en serio con uno que perpetra series… ¡Ni en las «seriales» del cine de los domingos por la mañana de antaño… 🙂 🙂