PENSEMOS EN LO BUENO…
Ando leyendo —Releyendo en algunos casos. Recuerdo un artículo escrito por Juan Goytisolo cuando éste tuviera la edad que yo tengo ahora, en el que decía que ya no podía permitirse el lujo de leer cualquier cosa, que prefería dedicar el tiempo a releer aquello a lo que daba importancia—, y me encuentro con estas consideraciones de Robinson Crusoe cuando por fin se toma un tiempo para pensar y reflexionar. Dice:
«El mundo se me aparecía como algo remoto, que en nada me concernía y del que nada debía esperar o desear. En una palabra, me hallaba del todo aislado de él y como si ello hubiera de durar siempre; me habitué a considerarlo en la forma en que acaso lo hacemos cuando ya no estamos en él; un lugar en el que se ha vivido pero al que ya no se pertenece».
Y continúa:
«Vivía ahora de un modo mucho más…
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Nuestros ojos no son los mismos, ya no tengo tiempo de leer lo nuevo en novela, cuento poesía. A veces me doy escapadas, e intento saber… Me distraidgo reciclando mis pensamientos, con lña músic, con mis recuerdos que saben a prosa y poema, para llegar a la poesía es un sueño. Abrazote grande.. un pleonasmo afectuoso.
Buen libro ese. Con él me inicie yo en la lectura de aventuras. Fue la transición de los comics y la literatura infantil al mundo de los grandes y pesados.
En cuanto a la selección literaria, en mi caso, no pierdo el tiempo con aquello que me aburre; salto de autor y de libro: los clásicos son fundamentales. No hay atajos sin ellos. Un saludo.
A mis setenta, he leído bastante.
Cuatro libros por semana fue mi hermosa rutina por años…
Empecé con Salgari, Verne y luego fue Defoe.
Leyendo crecí y he vivido. Trato de terminar el libro, aunque a veces no puedo. Vuelvo a él después de un tiempo y si tampoco puedo terminar, abandono…
¡Abrazo y gracias por comentar; me sentí muy orgulloso de re-bloguear la entrada!
Yo ahora también releo mucho y a veces leo algo de lo nuevo. Como tuve que vender mi biblioteca (tenía alrededor de cinco mil libros) para poder comer cuando me quedé sin trabajo por los infartos cerebrales, los 4 nuevos que leía por semana, se redujeron a 0. La vista no me ayuda (y no hay anteojos que valgan) o sea que leer resulta un triunfo físico. Pero leí, mucho y recuerdo. Por eso tal vez escribo poco (por el esfuerzo, digo). Un enorme y cariñoso abrazo desde esta Lima donde el verano quiere entrar y a veces se arrepiente…! Manolo.
Gracias, por aca tb, sale el sol, se oculta , llegan los vientos hacen su relajo, le quitan la flor al mango y luego se van. Deajn un fresco adorable. abrazo grande.
Muchas gracias por rebloguear y así compartir y extender la reflexión; también a los muy buenos comentarios de tus seguidores; y a tus respuestas. Abrazos.
Trato de re-bloguear lo que me gustaría haber escrito y quiero compartir… 🙂 🙂