Siempre fue un distraído.
Cuando encontró a la que creía la chica de sus sueños, conversaron y quedaron en ir juntos al cine el domingo siguiente. Era apenas lunes y para no olvidarse, cuando ella se fue, apuntó en un papel el día, la hora, puso Patricia y la palabra CINE en mayúsculas.
En casa, el miércoles le lavaron el blue jean con el papel guardado en el bolsillo; nunca fue a la cita el domingo siguiente porque no se acordó; de todos modos, ni siquiera había apuntado el nombre del cine.
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