Según una noticia del diario “Perú 21”, al Contralor de la República le llegó el sábado un correo electrónico donde lo amenazan de muerte y también mencionan a su hijo y esposa con información que denota “reglaje” o seguimiento; copias del e-mail recibieron su secretaria, el vice-contralor y un asesor que ve el tema del aeropuerto de Chinchero.
La pregunta es ¿quién gana con esta acción intimidatoria?
Sería tonto pensar que el correo electrónico sale del Ejecutivo, porque lo único que haría sería echar leña al fuego de las acusaciones que hay en su contra y confirmarlas; sin embargo también podrían haberlo hecho con la intención “maquiavélica” y bastante boba de que se culpe del correo amenazador a la oposición.
También creo que hay que descartar de plano que el propio funcionario en un afán cinematográfico de victimización se auto-intimide.
Lo más simple sería pensar que la oposición esté detrás de esto, pero sería una maniobra burda, digna de chambones, primerizos e ingenuos.
La policía investiga y mientras tanto se alborota aún más el cotarro, poniendo en primerísimo primer plano el asunto, porque a “álguienes” les conviene que así sea.
Métodos delincuenciales de este tipo, aunque parezcan una mala broma de “fools´ day”, se están volviendo corrientes en nuestro país en asociación con la política.
¿A quién le conviene esto?
Imagen: Web RPP.
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