Te fuiste una mañana
en que no quise estar
porque adivinaba que te irías
y preferí recordarte
como eras cada día.
Quise escuchar tu música y tu risa;
acompañarte en los silencios
y seguir tu mirada
hacia un tiempo mejor.
Tiempo de trepar árboles,
de tocar timbres y correr;
el tiempo que hoy está
en mi memoria,
gracias a ti.
Ahora que hace años
que te fuiste
solo quiero decirte
lo que Manuel Enrique
hubiera escrito
en la tarjeta blanca:
“Rosas rojas para ti”
Debe estar conectado para enviar un comentario.