El silencio no se había inventado y la palabra era desconocida como el silencio mismo, porque no existía nadie para escuchar o para hablar.
En realidad, estaba creándose todo y si alguien hubiera podido oír, el fragor hubiese sido inmenso y los chirridos monstruosos.
Como Tampoco la visión existía y los que podrían ver estaban a siglos luz de distancia, el fuego desatado y sus colores inenarrables, tal vez como relámpagos, tal vez como auroras boreales o arco iris de tamaños inmensos llenaban el espacio.
Era el principio y no había más testigo que los fenómenos que nadie veía ni escuchaba.
No era tan ruidoso. Manolo. Lo que paso es que lo olvidaste.
Es que cuando uno es polvo estelar, no oye…. 🙂 🙂
Seraa?
Al menos, le hablo al polvo y no me responde, calculo que porque no oye…¡Claro, no es polvo estelar, sino el de casa nomás! 🙂
Manolo no es buena tanta ficción 😊
El límite entre la ficción y la locura es incierto y delgadito,neblinoso, tenue. Para los locos es realidad su ficción y para los ficcionadores lo es su locura. 🙂 🙂
Ja ja ja estas de buen humor. Yo soy de los segundos.
Ficcionadora, inventora y… ¿soñadora? 🙂 🙂
Creo… no estoy segura… aunque suelo hacer realidad mis sueños 🙂
¡Qué bueno…! 🙂 🙂