Toda su vida había sido un engaño.
Aprendió que mintiendo conseguía lo que buscaba y construyó una personalidad que nada tenía que ver con lo que realmente era. Para lograrlo tuvo que inventar mentiras, sostenerlas y convertir las en verdad; “su” verdad.
Cambió de amistades y fue desconociendo a quienes conocían su historia. Tal vez hubiera sido mejor irse a otro país y empezar de cero, pero se quedó allí dónde estaba y aceptó el desafío: sería otro a pesar de los otros.
Pasó el tiempo y cuando ya nadie lo reconocía, se dio cuenta que no estaba contento con lo que había construido y quiso ser el mismo del principio, pero el botiquín del baño esa mañana estaba vacío y en el espejo se reflejaba una persona extraña.
Debe estar conectado para enviar un comentario.