INMENSIDADES


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 La caracola estaba semienterrada en la orilla.

La niña, curiosa, la recogió y luego de darle vueltas y quitarle la arena, se la llevó al oído. Regresó a la casa y su madre, al verla, le preguntó qué traía. Ella la miró a los ojos y dijo bajito: “El mar”.

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