Las próximas elecciones son propicias para que tengamos los “platos” más extraños y dispares en el menú: acusadoras se juntan con quienes acusaron, lobos con piel de oveja caminan con pastores; el carajo se une al disimulo y los que antes eran, ya no son. Para beber, algo que no es ni chicha ni limonada.
¡Bastante pan y circo! ¡Espectáculos varios! ¡Bailes que son “full moda” y entretienen! ¡Frases ingeniosísimas! ¡Números de acrobacia nunca antes vistos!…
¡Perdón…! ¿No eran elecciones? ¡Más parece una feria!
Una especie de “Mistura Electoral” cruzada con reality: platos de toda laya; unos desconocidos y otros por desgracia demasiado probados; “montados” impensables, “combinados” muy raros.
El asunto es que la Sal de Andrews no sirve para nada y lo que promete ser una indigestión monumental, se proyecta a cinco años. ¡Es un arroz con mango o un cebiche con miel!
¿Qué será lo que haremos?
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