Hace unos días cambié mi foto de Facebook por un fotomontaje que me hicieron hace años y recibí muchos likes y comentarios. Entre ellos, uno que me pareció muy divertido y que es el que ilustra este post. Sobre una fotografía que un ex alumno subió, otro puso una que me pareció sensacional.
Es curioso, pero todas son “contribuciones” de ex alumnos míos, una con diferencia de muchos años una de las otras. Eso me llena de alegría, así como los comentarios y likes. Demuestra que alguna huella quedó de nuestra relación maestro-alumno con muchos que me sufrieron en tantas partes y a lo largo de 30 años…
Siento gran alegría y quiero compartirla.
Tal vez no parezca importante, pero la vida está hecha de esas pequeñas alegrías que hacen salir el sol, que provocan sonrisas, que no cuestan nada y vienen de improviso. Uno hace lo que cree correcto, lo hace con cariño y este se ve multiplicado. Puedo decir que soy rico en alegrías.
Gracias a todos los que hacen posible que cada día florezca y dé color a mi vida; y en representación de ellos, a los que fueron mis alumnos y son grandes amigos: Manolito Reátegui (autor del primer fotomontaje), Carlos Fuller y Christian Mac Lean.
¡Qué alegría poder decirles gracias!
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