TRANSPORTE-BASURA


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Así como tenemos televisión-basura, comida-basura, distritos llenos de basura, prensa-basura y basura regada por todas partes, no podíamos no tener un transporte-basura. Me refiero al transporte público, por cierto.
Ahora, cuando parecía haber una luz en el horizonte, se pelean el MEF y la Municipalidad de Lima por el asunto de los corredores viales y su ejecución. Uno dice que no y el otro que sí. Los “transportistas” aprovechan el pánico para hacer huelga y dejar sin movilidad a gran parte de los ciudadanos. ¿Quién paga los platos rotos (porque ya no alcanza para el pato)? El usuario del “transporte” público. El alcalde tiene carro, el ministro de economía tiene carro y ambos no tienen mayor problema en desplazarse; la trabajadora y el trabajador tienen sin embargo que vérselas negras para llegar a su trabajo. Mientras tanto los “transportistas” exigen sus “derechos” y piden a gritos que los sigan dejando hacer lo que les da la gana.
El Ministerio de Economía y la Municipalidad de Lima, “cursan oficios” (que es como se llama huachafa y oficialmente a mandar cartas) mientras el tiempo avanza, el transporte es un caos y los platos rotos…
La “LEY” con mayúsculas se esgrime, cuando se la saltaron a la torera con la construcción de un by pass al que todo el mundo se oponía. Es decir, que se ponen de acuerdo para joder al ciudadano y discuten para joder al ciudadano. De lo que se trata pues, es de joder al ciudadano. Y los “transportistas” aplauden y mientras tanto joden al pasajero.
Parece que los burócratas piensan que la ciudad aguanta todo y por consecuencia, el ciudadano también. Pero ya es tiempo que se den cuenta que el ninguneado tiene voz y cuando la cosa aprieta se organiza y es capaz, lamentablemente, de hacer justicia con sus propias manos. La estúpida indolencia y los dimes y diretes deben quedar a un lado y Lima tiene que dejar de ser un caos. Empecemos por no joder al ciudadano.
Dicen que, al parecer, se reunirán hoy viernes (¿será celebrando Halloween o por un milagro del Señor de los Milagros?) para ver el “asunto” y solucionar el “impasse”. Mientras tanto los “transportistas” amenazan con un paro de 48 horas.
Sebastián Salazar Bondy (“Lima la horrible”), además de un muy buen escritor, parece que era adivino.

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ELENCO ESTABLE


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Se le ha dado en llamar así a los candidatos “de siempre”, a los que en su afán de figurar en “política” tratan de estar siempre en el candelero, aunque a veces se chamusquen.
Son los que tentarán la presidencia y sus parlamentos son bien conocidos; no dirán nada nuevo y si algo lo parece, bien mirado, se nota el maquillaje. No dirán nada nuevo porque en verdad no lo tienen.
Escucharemos, como otras veces, argumentos que huelen a naftalina y propuestas a las que el reciclaje no las hace más útiles y atractivas.
Asistiremos a una función mil veces vista, con los furcios (término de teatro que significa error) de siempre, los olvidos y el paporreteo. Veremos en marquesinas luminosas, sonrisas destellantes y nos bombardearán con toda la publicidad posible contándonos lo buenos que son, lo bien que lo harán y los que ya lo hicieron (sin importar el cómo) clamarán experiencia.
Además de ese elenco permanente, habrá algunos novatos que intentarán balbuceos y confiarán en el favor del público, aunque sus papeles sean pequeños y fugaces.
Va a empezar la función y la “troupe” se prepara. Cada uno, sin embargo, es un divo; se cree una estrella y tratará de opacar a los otros.
Buscarán cosechar el aplauso del respetable. Si hay suerte, alguno además de ganarse los vítores, engordará la billetera; eso sería el máximo, sobre todo porque podrá retribuir a la claque.
La función va a empezar, pero el teatro está medio vacío. Es que el público no va a ver lo que vio tantas veces.

«EL GANADOR»


V de la -victoria

Nadie le niega al señor Acuña que sea un afortunado ganador y que se haya ido construyendo a sí mismo. Pero me parece también que eso no basta para ser presidente de un país.
Es verdad seguramente que tiene títulos universitarios y es real que es dueño de un emporio educativo de enseñanza superior. También es real que en una entrevista afirmó algo como “no haber leído un libro”, lo cual evidentemente no es cierto, porque en la universidad, para obtener sus títulos, tuvo que leer y no creo que lo hiciera en una “tablet”.
¿Mintió el señor Acuña o lo dicho fue solo una bravata para “ningunear” a los que leen y afirmar que él tiene lo que tiene (que es mucho) sin hacerlo, pensando que “solo es para publicidad”? Parece que tampoco es cierto lo que dijo sobre alguno de sus “jales”; por lo menos, ya recibió desmentidos…
No lo sé a ciencia cierta, pero viendo el tantas veces repetido comercial de publicidad/bienvenida a la universidad que posee, su alocución deja mucho que desear en construcción idiomática. Puede parecer esto una tontería, pero si alguien promociona la educación con un discurso plagado de errores (dicho por él mismo, aunque se lo haya escrito otro…) no es muy confiable que digamos. Es cierto que muchos hablan mal, pero dicen también que “mal de muchos…”.
Sentirse “un ganador” ha hecho, creo, que su ego se infle hasta alcanzar la estratósfera y eso no resulta bueno para nadie y menos para un candidato a presidente. Tenemos el ejemplo de lo que un ego en la presidencia puede ocasionar al país.
Tal vez me equivoque, pero el señor Acuña me parece un Donald Trump minus, tercermundista. Una especie de Rico McPato que quiere más que bañarse en monedas. Y no creo que eso sea lo que el Perú necesita.

EFECTO BUMERÁN


BUMERÁN

Es aquel que hace que el artefacto regrese hasta quien lo lanzó y me parece que eso es lo que le está sucediendo a Nadine Heredia con sus declaraciones.
Mucho se ha dicho sobre que no parece darse cuenta del efecto que produce que no desmienta tajantemente y con pruebas, las acusaciones que llueven sobre ella, en lo que es un verdadero diluvio. Me extraña, que siendo una comunicadora de profesión no sepa cómo actuar frente a una crisis que es alimentada mayormente por los medios. Y es que su impericia parece hacer que se escude en las leyes (que no tienen un rostro) en vez de dar la cara. Tal vez alguien la haya aconsejado en ese sentido, pero creo que está oyendo voces equivocadas.
La elusión no es la mejor manera de enfrentar y liquidar una crisis y menos una a la que los medios seguirán incansables e insaciables.
Las diferentes declaraciones que ha dado, siempre en el mismo sentido, son auto exculpatorias y suenan a un ponerse en el papel de víctima que exacerba los ánimos contrarios.
La recomendación primera es la más sencilla: tomar al toro por las astas y enfrentar personalmente el cargamontón. Sin embargo, al parecer opta por usar escuderos. Sus razones tendrá, pero me parece que este asunto se maneja muy mal y los maullidos que se escuchan de vez en cuando, dicen que hay un gato encerrado.

¿NADIE SABE PARA QUIÉN TRABAJA?


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Jaime Chincha Ravines, en un artículo escrito en “El Montonero” dice algo que a mí me suena terrible: “el gobierno logró en cuestión de horas lo que la mafia de Rodolfo Orellana había estado buscando durante años”, al referirse a la defenestración de Julia Príncipe.
De acuerdo con que hay que respetar la legalidad y cumplir las normas, pero me parece sumamente peligroso algo que puede pasar inadvertido, pero beneficia al crimen y alienta a la impunidad.
Mucho se ha hablado sobre el caso, pero esta consecuencia sola, precisamente, resulta funesta.
La Ley puede servir de escondite a quienes saben mal-usarla y creo que somos testigos de casos en los que al amparo de esta, se delinque y no hay forma “legal” de probarlo, aunque sea público y notorio.
Me parece que hay que pensar un poco sobre el tema, porque de otro modo podemos estar poniendo a los ratones a cuidar el queso.
Aunque suene a refrito hoy, lo de la ex procuradora Julia Príncipe, me sigue pareciendo un maltrato y, sin pensar mal, una metedura de pata gubernativa.

CONFUSIÓN


CAOS

Tal vez lo que pasa es que estoy confundido.
O que tratan de confundirme como a cientos de miles de peruanos. Pero sucede que cada vez están más cerca las elecciones nacionales, las campañas presidenciales ya calientan motores y aparecen declaraciones que cruzan el espacio como ruidosos bólidos luminosos, creando una especie de resplandor que enceguece.
Cada candidato o proto candidato se esfuerza por decirlo todo y denostar al contrario, pero sucede que hay tantos que el ruido se torna insoportable e ininteligible y eso que las campañas no arrancan aun verdaderamente.
No entiendo qué podría esperar de quien el peruano si lo que logra escuchar ese ese mazacote de “información” que en realidad necesita ser descifrado como si de jeroglíficos se tratara y estoy convencido que si se lograra, en realidad nos encontraríamos con el silencio absoluto o con un “ruido blanco”.
Es variopinta la oferta de candidatos, como variopinto es un mercado de frutas; sin embargo me temo mucho que sean solamente colores sin ningún sabor ni cualidad. Hoy tenemos lo que tenemos en el gobierno, porque así se quiso y de pronto lo ofrecido empezó a variar y florecieron extraños especímenes. Hay un cargamontón que opaca totalmente el horizonte y no deja ver lo que sí está funcionando y es positivo. Y en medio de este terral que dificulta la vista y ciega, hay que votar “conscientemente” por unos próximos largos cinco años.
Hay los que quieren repetir el plato relamiéndose y los que siendo herederos aseguran lo que seguramente creen que se quiere escuchar. En general, cuentan con que el país no tiene memoria o que está dispuesto a probar cualquier cosa. Ellos saben que, como decía Piérola, este es un país de desconcertadas gentes y hacen lo posible por aumentar el desconcierto, que es producto de la confusión que crean. Y así hay que votar por alguien y poner el futuro en sus manos. ¡Somos los campeones del riesgo!